Louisville-Michigan. Ésa será el próximo lunes la final del presente curso en la NCAA. El Georgia Dome de Atlanta vibró anoche con dos emocionantes semifinales que dejaron fuera por muy poco a Wichita State y Syracuse. Más de 75.000 espectadores problaron las gradas.
Exactamente, 75.350 gargantas se dieron cita en el Georgia Dome batiendo records. Un ambiente insuperable en el que el dominicano Jon Horford ganó con Michigan para plantarse en la final con el objetivo de emular a su hermano Al Horford, que ahora juega precisamente en Atlanta, ciudad de la Final Four. Al ganó 2 títulos consecutivos con Florida antes de saltar a la NBA. Ahora, Jon aspira a ser campeón por primera vez.
Louisville 72 Wichita St. 68
Parecía ésta, a priori, una semifinal bastante desequilibrada dado el potencial de unos y otros, pero nada más lejos de la realidad. Los Shockers plantaron cara, ¡y de qué modo!, a los Cardinals, que tuvieron que poner todo su empeño y capacidad en resolver un encuentro que se les complicó de principio a fin.
El 0-8 inicial constituyó ya un serio aviso. Louisville se recompuso pronto y a partir de ahí se vivió una primera parte equilibrada que concluyó 25-26 para los de Wichita.
Pero el momento más delicado para los favoritos llegó en la reanudación, cuando apenas transcurridos 6 minutos de la segunda parte Wichita St. adquirió una notable ventaja de 12 puntos (35-47). Ahí sí que sonaron todas las alarmas que llevaron a una brillante reacción. Un triple de Cleanthony Early, el mejor con diferencia de los Shockers, había puesto ese 35-47. Wichita St. le había metido 21 puntos a la defensa de Louisville en 6 minutos. Rick Pitino andaba más que preocupado.
Sin embargo, fue a partir de ahí, de su momento más bajo, cuando los Cardinals reaccionaron para construir con un parcial de 21-8 el triunfo que habrían de dedicar a su base lesionado Kevin Ware. Un Kevin Ware que acudió al partido apoyado en sus muletas.
Y llegó el momento clave. Con 71-68, Luke Hancock, jugador esencial en el triunfo, erró su segundo tiro libre y el rebote lo atrapó Ron Baker. Sin embargo, Hancock fue listo y se lanzó a por esa bola provocando un salto entre dos. Restaban 6 segundos, el salto lo ganó Louisville y con él el partido.
Los Cardinals hacían buenos los pronósticos de la mano de su jugador estrella en la ofensiva, Russ Smith, que hizo 21 puntos y 4 triples, pero sobre todo gracias a Luke Hancock, que venía de anotar menos de 7 puntos por partido en el Torneo de la NCAA y anoche se fue a 20, de los cuales 14 los hizo en la segunda parte. Amén de pelear ese balón final que dio la victoria a los suyos. Además, buen partido de Chane Behanan. Todo ello sumó. De este modo, los Cardinals superaron la inoperante acción ofensiva permanente del defensivo Gorgui Dieng (el senegalés tampoco brilló en los tableros) y el 1 de 9 de su armador Peyton Siva.
Wichita St. estuvo a punto de dar la campanada pese a ser el quinto equipo desde 1979 que accedía a la Final Four siendo cabeza de serie 9 o peor. Los Shockers se resistieron hasta el final gracias al partidazo de Cleanthony Early (24 puntos y 10 rebotes) y a pesar de la mala noche de Malcolm Armstead, que había vivido una March Madness maravillosa promediando más de 15 puntos y que esta vez se quedó en 2 con 1 de 10 en el tiro, aunque diera 7 asistencias. Buenos partidos de Carl Hall y Ron Baker.
Michigan 61 Syracuse 56
El otro integrante de la final será la Universidad de Michigan, en cuyo equipo milita el dominicano Jon Horford. El hermano de Al Horford jugó 4 minutos y contribuyó al éxito de los suyos con 4 puntos y 1 rebote. El lunes vivirá su gran momento.
Pero para llegar a ese momento, los Wolverines tuvieron que sudar hasta los últimos segundos. El equipo del estado de Michigan había comenzado el partido con enorme frialdad. Sus 9 puntos en los primeros 8 minutos del encuentro así lo atestiguaban. Aún así, el equipo se rehizo y tras una gran segunda parte de la primera mitad se fue al descanso con franca ventaja en el marcador (36-25). Aunque nada resultó fácil en la reanudación.
Michigan llevó la delantera en el marcador en la segunda mitad, pero sin romper, y ello hizo que el partido desembocase en un emocionante y cerrado final en el que Syracuse no tomó en ataque las decisiones adecuadas. Un triple de James Southerland acercó a los Orange (57-56) con 42 segundos por jugar, pero después 2 malos ataques se llevaron todo por delante. Primero vino una penetración de Brandon Triche que buscaba el empate a 58 tras un libre anotado por Trey Burke. Esa penetración acabó en falta de ataque porque Jordan Morgan se plantó fenomenalmente en defensa. Y luego la desdichada jugada final.
Jon Horford había anotado 1 de sus 2 tiros libres para poner el luminoso en 59-56 a falta de 19 segundos. Pues bien, con ese 59-56 atacaron los Orange para empatar y en vez de buscar el triple se decidieron por otra penetración por el centro buscando una doble. Pero el camino emprendido por Trevor Couney, además de inexplicable, no llegó a buen puerto. Inexplicable por no buscar el triple. El objetivo era anotar y llevar a libres al rival, por lo que lanzó con 6 segundos por jugar. Ahí se le fue toda esperanza a Syracuse, que pecó de falta de ambición.
El partido fue, por momentos, una caja de sorpresas. Por ejemplo, el esperado protagonismo de los sophomores Trey Burke y Michael Carter-Williams no fue tal. El primero hizo un 1 de 8 en el tiro y el segundo anduvo aún peor, porque hizo un 1 de 6, perdió 5 balones y sólo metió 2 puntos. Lo cierto es que anulado uno y otro, ambos equipos se equipararon. Lo increíble fue que Michigan sobreviviera a la horrible noche en el tiro de su trío Tim Hardaway Jr-Nik Stauskas-Trey Burke. Entre los 3 se fueron a un 5 de 29 ante la zona 2-3 del rival.
Por eso, cobró fuerza el papel de un Mitch McGary que ha hecho un formidable torneo. La referencia interior de Michigan acabó con 10 puntos, 12 rebotes, hizo mucho daño en el rebote ofensivo, 6 asistencias y 2 tapones. Fue el más completo de los Wolverines junto a Hardaway, que pese a su mala serie en el tiro logró 13 tantos, 6 rebotes y 5 asistencias. Glenn Robinson III sumó, mientras, 10 puntos en la victoria y el suplente Caris LeVert hizo buenos minutos. Así, Michigan alcanza su primera final de la NCAA desde que en 1993 lo lograra su famoso Fab Five, integrado entre otros por Chris Webber y Jalen Rose.
Syracuse estuvo flojo desde el triple y su defensa zonal no fue esta vez tan tremendamente perniciosa para el rival. C.J.Fair fue, de lejos, su mejor jugador con 22 puntos y 6 rebotes. Brandon Triche sumó 11 con 8 asistencias. Pero el equipo echó de menos a Carter-Williams y a Southerland, dos jugadores que no estuvieron a la altura.