El desastroso resultado para los Sixers del traspaso más importante realizado este verano por la franquicia se completó ayer con la noticia de que Andrew Bynum tendrá que pasar por el quirófano, lo que hace que se esfumen las esperanzas de verle jugar.
El pívot, que no ha llegado a disputar un solo minuto de juego esta temporada con su nuevo equipo, será sometido a sendas artroscopias en ambas rodillas el próximo martes en Nueva York en un intento de solucionar los problemas que sufre, cuya resolución parece cada día más incierta.
“Después de muchos meses de rehabilitación y de consultar con numerosos médicos, Andrew y los médicos que le tratan han determinado que este es el mejor procedimiento a seguir en este momento”, aseguró anoche el general manager de la franquicia, Tony Di Leo.
Pese a que a finales de diciembre, Bynum se mostraba confiado en poder jugar esta temporada, lo cierto es que las complicaciones en su recuperación no han parado de sucederse. Con la decisión de operarse, ya es seguro que no le veremos este año.
Ahora, el problema para los Sixers es plantearse qué hacer este verano, ya que Bynum termina contrato. Apostar por él, en caso de que el pívot quiera quedarse, es, sin duda, una apuesta de alto riesgo porque, a día de hoy, nadie sabe cuánto baloncesto puede quedar en las dañadas rodillas del jugador.
Un traspaso desastroso
La baja definitiva de Bynum acentúa aún más el desastroso resultado de la operación de traspaso que llevaron a cabo los Sixers este verano para adquirirlo y que permitió a los Lakers hacerse con Dwight Howard.
En el intercambio, los Sixers se hicieron con Bynum, al que han pagado 16,5 milllones de dólares por no verle en pista ni un solo minuto, y Jason Richardson. Este último también ha terminado la temporada antes de tiempo por una lesión, tras sufrir muchos problemas físicos a lo largo de la temporada y rendir discretamente en los 33 partidos en que llegó a participar.
Mientras, la historia de los 3 jugadores, más una primera ronda protegida de draft, que cedieron los Sixers en la operación ha sido muy diferente. Andre Iguodala, pese a perder peso en la ofensiva, está rindiendo a muy buen nivel en un equipo competitivo como los Denver Nuggets.
Por otro lado, los jóvenes Nikola Vucevic y Moe Harkless, enviados a Orlando, se han convertido en jugadores de mucho peso, especialmente el primero, situado entre los mejores reboteadores de la liga, en la rotación de los Magic. Y todo ello, por un módico precio, muy alejado del millonario contrato de Bynum.