Carmelo Anthony tuvo que retirarse a los vestuarios en el segundo cuarto del partido que enfrentó esta noche en el Quicken Loans Arena a Cleveland Cavaliers contra New York Knicks. Tras abandonar la pista, la estrella del equipo neoyorquino ya no volvió a incorporarse al juego.
El problema de Melo radica en la rodilla derecha, aunque en principio no parece grave. El jugador reconoció al final del encuentro que ya llevaba varias semanas jugando con algunas molestias y que lo que sintió en el momento de la lesión fue dolor y rigidez.
De hecho, ha trascendido que Anthony se había sometido hace un par de días a una resonancia magnética que dio resultado negativo, por lo que ahora mismo no existe calendario alguno para someterle a pruebas. Será reevaluado por los servicios médicos de su club hoy martes y no se sabe si podrá ser de la partida mañana miércoles en el encuentro que New York disputará en Detroit.
La lesión llegó mediado el segundo cuarto. Los Knicks estaban siendo vapuleados por los Cavs, que ganaban por 22 (aunque al final terminarían perdiendo). A Melo le llegó el balón, estaba completamente solo a media pista y se desplomó al suelo. En principio, parecía que se trataba de un simple trompicón, pero él, en cuanto se levantó, enfiló el camino de los vestuarios. Quedaban 6:41 para el descanso. No volvió. Su actuación finalizó con 6 puntos.
Las declaraciones posteriores del jugador y de miembros de la franquicia han tranquilizado un poco, aunque bien es cierto que no se puede estar muy tranquilo cuando un jugador arrastra molestias y dolor en una rodilla. Habrá que ver en qué queda todo esto.