A Carlos Delfino se le acumulan las emociones en los últimos días. El martes fue padre de mellizos, ayer miércoles viajó a Madrid para incorporarse a la selección olímpica argentina y a día de hoy sigue sin equipo. La espera se le está haciendo larga al santafesino.
Sin embargo, esa espera se ha endulzado con la doble paternidad y con la ilusión que alberga por el hecho de poder participar en sus terceros Juegos Olímpicos consecutivos tras la medalla de oro de Atenas y el bronce de Beijing.
La mujer de Delfino, Martina, dio a luz a mellizos el pasado martes en Italia. Allí estaba Carlitos para acompañar a su pareja y sólo después de ser padre el argentino se desplazó a Madrid, donde el resto de compañeros de selección entrena de cara a sus próximos compromisos de preparación olímpica. En España, Argentina jugará ante España, primero, y contra Estados Unidos, después, dos estupendas piedras de toque para ver su nivel de preparación.
Delfino se incorpora al equipo sin preparación alguna, más allá de sus entrenamientos particulares, toda vez que ha tenido que recuperarse de una hernia inguinal que le ha mantenido en el dique seco. Lo ha hecho gracias a que la federación de su país ha abonado finalmente el seguro preceptivo para que pudiera jugar en Londres.
A la espera de equipo
El alero santafesino sigue sin equipo. Se ha hablado del interés de conjuntos como Boston, Atlanta, Indiana o Phoenix por hacerse con sus servicios, pero ese supuesto interés no se ha traducido todavía en oferta alguna.
Delfino atesora una notable experiencia en la NBA, donde ha completado ya 7 temporadas: 3 con Detroit, 1 con Toronto y otras 3 con Milwaukee. Con los Bucks, realizó sus mejores números, promediando 11 puntos en la campaña 2009-2010 y 11,5 en la 2010-2011. La temporada pasada su salario ascendió a 3,5 millones de dólares.