La búsqueda de un nuevo general manager por parte de los Blazers podría regresar a la casilla de salida, es decir, a la continuidad del hasta ahora interino Chad Buchanan. A Paul Allen, propietario del equipo, no parecen convencerle ninguno de los 3 candidatos.
Eso es al menos lo que publica Chris Haynes en CSNNW.com, la web de Comcast SportsNet en el área de Portland. Parece que tras la confirmación de que el cuarto candidato que había para el puesto, Neil Olshey, se queda en Los Ángeles, al archimillonario cofundador de Microsoft y dueño de la franquicia de Oregón no le terminan de parecer bien ninguno de los otros tres.
Lo más curioso son las razones que, según fuentes cercanas a la franquicia, motivarían el recelo de Allen. De David Morway, ayudante de Larry Bird en Indiana, le disgustaría su carácter, demasiado parecido en su opinión al de Kevin Pritchard, ex general manager del equipo que a Allen nunca terminó de caerle bien, lo que acabó por costarle el puesto.
Allen quiere directivos en forma
Del segundo de los candidatos, Tony DiLeo, asistente del GM de los Sixers, le preocuparía su falta de experiencia. Por último, estaría Jeff Bower. Al ex general manager de los Hornets no se le puede achacar falta de experiencia, pero en este caso a Allen lo que no le gusta es… que esté gordo. Al parecer, para el dueño de los Blazers es importante que su director general esté en buena forma.
Así las cosas, la franquicia, que debe tomar próximamente importantes decisiones de cara al draft, donde eligen en los puestos 6 y 11, y a la continuidad o no del interino Kaleb Canales en el banquillo, podría optar por mantener a Chad Buchanan, también interino hasta ahora, como general manager, una opción que parecía descartada hace apenas unos días.
Eso sí, ya veremos por cuánto tiempo. Porque a Paul Allen, de carácter cada día más excéntrico a decir de muchos, no le duran demasiado últimamente los directivos. Si Pritchard se fue de malas maneras pese a los éxitos logrados con el equipo, su sustituto, Rich Cho, apenas duró 1 temporada antes de ser despedido porque “no encajaba bien en el equipo”.