“Nunca me he sentido peor en mi vida”, ha escrito LaMarcus Aldridge en el blog que mantiene en la página oficial de los Portland Trail Blazers para describir sus últimos 7 días. Una semana “terrorífica” tras sufrir una seria infección que le mantuvo hospitalizado.
Ha sido el propio jugador quien ha desvelado ahora lo ocurrido en estos días. El pasado sábado, Aldridge, que se recupera estos días en su casa de Dallas (Texas) de la lesión de cadera que acabó prematuramente con su temporada, comenzó a sentirse mal.
Según relata él mismo, pensó inicialmente que le habría sentado mal algo que había comido, pero su estado empeoró tan rápidamente que se vio obligado a acudir al servicio de urgencias de un hospital cercano, donde fue inmediatamente ingresado. Los médicos le diagnosticaron una infección vírica en la sangre, una dolencia muy seria que, de no haber sido tratada a tiempo, podría haber resultado mortal.
Afortunadamente, Aldridge se encuentra ya fuera de peligro tras unos días en los que, según cuenta, “andar, hablar o abrir los ojos eran cosas muy difíciles de hacer” y ha podido regresar a su casa de Dallas. Allí terminará de recuperarse de este tremendo susto y proseguirá con la rehabilitación de su lesión de cadera, de la que espera estar plenamente recuperado antes de la próxima pretemporada.