Si Tim Duncan no fuera Tim Duncan, estaría ahora en boca de todos, sería un jugador unido a un rumor continuo, le habrían situado ya en varios equipos. La estrella de San Antonio finaliza contrato este verano, pero ningún medio pone su foco en él porque todos saben cuál será su futuro.
Por si algún atrevido osara expandir algún rumor sobre el posible interés de Duncan por cambiar de aires, el propio jugador lo ha dejado extremadamente claro. Ha sido en un artículo que ocupa la portada de Yahoo! Sports bajo el título: “Safe at home” (Seguro en casa).
Duncan indica que cree que podrá aguantar a buen nivel 1 o 2 temporadas más y que se retirará vistiendo su camiseta de siempre, la de los Spurs. Y es que el jugador formado en la Universidad de Wake Forest no conoce otro equipo en la NBA. Lleva 15 años como profesional en la liga, los 15 en San Antonio, equipo con el que ha alcanzado 14 veces los playoffs y ha ganado 4 anillos.
En esos 3 lustros, siempre estuvo bajo las órdenes de Gregg Popovich y durante un decenio ha coincidido con Parker (11 años) y Ginóbili (10). Encontrar un equipo en la actual NBA con el mismo 'big three' y el mismo entrenador durante una década es imposible. San Antonio es un caso insólito.
Por de pronto, Duncan, que ha cobrado 21 millones de dólares esta temporada, finaliza contrato este verano y nadie habla de su renovación o de su posible marcha a otro equipo. Porque Duncan es una apuesta segura y nadie se atreverá a apostar por su marcha de un equipo que guían con mano firme R.C.Buford desde los despachos y Gregg Popovich desde el banquillo. Duncan, por supuesto, elogia la labor de ambos. No es para menos.
San Antonio es su casa
Nadie duda de que San Antonio es el hogar deportivo de Duncan. En este equipo y en esta ciudad texana ha echado raíces.
“Todos nosotros hemos encontrado un hogar en San Antonio y a todos nos gusta estar aquí”, dice Duncan para explicar la razón por la que ha funcionado la larga y fructífera convivencia entre las 3 estrellas del equipo y añade que la clave de todo es que “todos hemos aceptado nuestros roles”.
Incluso él mismo ha aceptado compartir su papel de gran estrella con Parker y Ginóbili. A sus 36 años, Duncan ya no guarda el físico de antaño, pero sigue rindiendo a gran nivel gracias a sus fundamentos técnicos, su inteligencia y su conocimiento del juego. Por ello, sigue siendo esencial, pero sin echarse siempre el equipo a sus espaldas.
El jugador nacido en las Islas Vírgenes está rindiendo a un poderoso nivel. En temporada regular, promedió 15,4 puntos, 9 rebotes, 1,5 tapones y 2,3 asistencias en 28,2 minutos. Pero es que en playoffs ha elevado su nivel: 17,4 tantos, 9,2 rebotes, 1,8 tapones y 2,8 pases de canasta en 9 partidos. Sus minutos en postemporada: 32.
Aun así, el propio Duncan reconoce que ha pasado malos momentos al sentir que su cuerpo ya no respondía como antes, limitando su juego. “Soy un competidor. Quiero ser un elemento básico en el equipo, un referente”, explica, "Cuando eso cambió, evidentemente me dolió, pero encontré otras formas para ser parte de este equipo, para ser una parte importante de este equipo”.
Esos caminos exigieron ceder, ser generoso. Por eso, nadie duda de que también lo será este verano a la hora de renovar su contrato, como nadie duda de que los Spurs buscarán un equilibrio para recompensar también a Duncan por los servicios prestados.
Se queda en su equipo de siempre
En un equipo como los Spurs, hay poco que rascar. Aquí no hay palabras grandilocuentes, nadie extiende su divismo hacia los focos, las tensiones se cocinan en casa y no hay resquicios para el amarillismo. Todo ello se debe a las cabezas bien amuebladas de los protagonistas. Aquí no hay lugar para vainas de playground.
Por ello, no hay dudas en torno a este señor del baloncesto llamado Duncan, que bromea con el periodista de Yahoo! Sports y asegura que ahora mismo debería estar "amenazando con marcharse" para presionar de cara al nuevo contrato. Y acto seguido, ya en serio, dice: “No, no voy a ningún sitio”. Y añade: “Soy un Spur de por vida”.