Oklahoma City acompañará en la final del Oeste a San Antonio tras ganar a los Lakers por 4-1. OKC y Lakers representaron dos modelos. El primero integrado por un mundo coral liderado por Westbrook, Durant y Harden. El segundo configurado por el ego de Bryant y la indolencia del resto.
Kobe Bryant llegó anoche a su máxima expresión de autismo. Se aisló del grupo y quiso ganar en soledad. Sus estadísticas lo dicen todo: 42 puntos tras lanzar 33 veces a canasta y no dar ni una sola asistencia. Sólo Pau Gasol, especialmente en la primera parte, estuvo a una altura digna, aunque terminara evaporándose. El español hizo 14 puntos y 16 rebotes en el que puede ser su último partido con la elástica de los Lakers.
OKC fue un auténtico perro de presa cuando llegó el momento, y ese momento llegó al inicio del último cuarto. Un parcial de 10-0 colocó a los locales con 16 puntos de ventaja que ya no dejaron escapar.
Thunder mereció, por su temporada y playoffs, alcanzar su segunda final consecutiva de conferencia. Los Lakers, por su parte, erráticos toda la campaña, caen por segundo año consecutivo, y de forma clara, en semifinales. Un ciclo exitoso toca a su fin.
Oklahoma City 106 L.A.Lakers 90 (4-1)
Estaba cantado. La temporada regular lo anunció y el discurrir de los playoffs, también. Oklahoma City eliminó a los Lakers. Tal vez, el 4-1 no represente a fondo lo que ha sido esta serie, donde los Lakers han perdido 2 partidos que tenían en la mano por no saber jugar los últimos minutos. Pero si algo diferencia el éxito del fracaso es saber jugar los momentos cruciales. Y ahí, los Thunder han sido maestros.
El quinto partido de la serie discurrió en parámetros de equilibrio hasta que se inició el cuarto y definitivo período. Fue ése el momento crucial. OKC hizo un parcial de 10-0 encauzado con 2 triples consecutivos de Kevin Durant, se puso 16 puntos arriba (93-77) y todo se acabó en apenas 2 minutos y medio. Tiempo de campo abierto, de ruptura en velocidad de Westbrook y Harden, y de acierto desde el perímetro de Durant.
A partir de ahí, el mundo se vino encima de unos Lakers sobrepasados por sus propias limitaciones tanto físicas como mentales. Si a eso añadimos, la escasa profundidad de respuestas que Mike Brown tiene desde el banquillo... pues eso, que una vez 16 abajo, todo fue coser y cantar para los locales en un ambiente festivo, con todo el Chesapeake Energy Arena tintado de azul.
Los Lakers se atascaron en ese cuarto final porque no tiene criterios ofensivos. Bueno sí, tienen uno consistente en balones a Kobe Bryant y que resuelva. Así es difícil hacer equipo y lograr resultados. El equipo sólo metió 13 puntos en el último cuarto y acabó completamente desaparecido en combate.
Las grandes decepciones: un muy flojo Bynum (10 puntos y 4 rebotes), un Sessions que no aportó lo que se le pedía y, sobre todo, una segunda unidad que por enésima vez mostró sus limitaciones. Y es que los suplentes de Lakers metieron 5 puntos.
De ahí, que de nada sirvieran los 42 puntos de un Bryant que hizo la guerra por su cuenta. Esos 42 puntos fueron un brindis al sol, una brecha en la vía de flotación de su propio equipo. Nada que ver con los 40 que hizo LeBron James el domingo. Dos conceptos bien diferentes de cómo intentar hacer más grande al conjunto.
Pau Gasol, mientras, tuvo un extraño partido. Tiró más que en encuentros anteriores, aunque sin demasiado acierto. Hizo un buen primer tiempo (10 puntos) y un flojo segundo (4), pero fue el segundo mejor Laker con 14 tantos, 16 rebotes y 3 tapones en la que puede ser su despedida del equipo californiano. El español fue el que más minutos jugó. Estuvo en pista 44.
El español estuvo demasiado solo en el rebote. Capturó 16 de los 35 de su equipo, que se vio ampliamente superado por el rival. La diferencia estuvo en los ofensivo: 14 OKC por sólo 3 Lakers. Otros aspectos del juego que marcaron diferencias fueron el poder en campo abierto de los locales, que anotaron 30 puntos al contraataque por 6 de los visitantes, las distintas aportaciones de los banquillos, el escaso juego asociativo de Lakers (12 asistencias en todo el choque) o el instinto asesino local, del que carecieron los angelinos. También, claro está, que Lakers tiene dos 7 pies con los que apenas juega, dos hombres altos que aportaron en conjunto 7 puntos en toda la segunda parte (hay que reconocer que Thunder tiene grandes defensores en la pintura).
Con los Lakers, no se sabe muy bien si fue antes el huevo o la gallina. Si el egoísmo de Lakers precede a la indolencia del resto o si es al contrario. Lo cierto es que Kobe lanzó 33 tiros con un 54,5% de acierto y el resto sumó 42 con un 38,1%.
El trío Westbrook-Durant-Harden funcionó a la perfección y decidió el encuentro en ese inicio de último cuarto. Westbrook acabó con 28 puntos y una sola pérdida de balón. Tremendo su 2+1 con empate a 70 en el tercer cuarto. Menuda acción. Durant se fue a 25 con 10 rebotes y Harden a 17 con 8 capturas en los aros. Perkins capturó 11 rebotes y el español Ibaka apenas jugó 19 minutos para hacer 8 puntos, 6 rebotes y 3 tapones.
Al final, victoria cómoda local y caras largas y cabizbajas de los Lakers. En esa despedida, una vez concluido el partido, emotivo y largo abrazo entre Fisher y Gasol, 2 hombres que representan el ciclo triunfal de Lakers que ahora acaba. Fisher está fuera del equipo y Gasol tiene toda la pinta de que va a seguir los pasos del gran capitán.