Boston Celtics consiguió doblegar a Philadelphia 76ers en el quinto partido para adelantarse 3-2. Lo logró de una forma ciertamente inusual, tirando de un secundario inesperado: Brandon Bass. El ex de Orlando Magic protagonizó un tercer cuarto mágico para aupar a los suyos a la victoria.
Nadie podía esperar una eclosión tan violenta. Brandon Bass metió 18 de sus 27 puntos del partido en un tercer cuarto excepcional en el que anotó más puntos que todo el equipo rival. Fue el final de ese tercer cuarto y el inicio del cuarto el momento de decisión del encuentro. Un encuentro que decidió en ataque Bass, pero que también se resolvió merced a una fantástica defensa local en los minutos cruciales.
Los Celtics cobran ahora ligera ventaja en una serie que está siendo harto competida.
Boston 101 Philadelphia 85 (3-2)
La Conferencia Este es un sin vivir. A poco que uno se descuida, ya le han hecho un roto, tal es la igualdad imperante. De hecho, antes de acometerse este partido, ambas semifinales de conferencia estaba igualadas a 2. Lo dicho, puro equilibrio. Por eso, el surgir de algún elemento inesperado causa una profunda disfunción.
Eso es lo que ocurrió anoche en un TD Garden que se frotaba los ojos ante lo que estaba viendo. Su equipo rompía la baraja gracias, no a una buena baza de Rondo, Garnett o Pierce, sino a una buena mano de Brandon Bass, el jugador al que nadie esperaba.
Es cierto que Bass está haciendo una buena campaña con los Celtics, pero lo de este quinto partido fue una auténtica vuelta de tuerca a todo lo imaginable. Él solito metió más puntos en el tercer cuarto que todo el equipo rival (18-16) y acabó el partido con 27 tantos. Se convierte Bass en el sexto jugador en la historia de los Celtics que mete 27 o más puntos en un partido de playoff tras haber jugador la temporada anterior en otro equipo. El chico parece adaptado.
Los Sixers llevaban muy bien encauzado el partido. Habían alcanzado el descanso con una exigua ventaja (47-50) y durante gran parte del tercer período habían aguantado el marcador pese a la explosión ofensiva de Bass. Sin embargo, fue la multiplicación defensiva de Boston la que terminó por ahogar el juego alegre de los Sixers.
El luminoso señalaba un apretado 65-64 para los célticos a 3 minutos del final del tercer cuarto. Acababa de anotar Lavoy Allen, una de las sorpresas más gratas de esta serie, y nada hacía presagiar que Philly entraría en crisis ofensiva. Una crisis de verdad. Apretaron los Celtics atrás y un parcial de 10-2 en esos 3 minutos hizo que el cuarto expirara con 75-66 para Boston. Los de Rivers habían abierto un hueco por fin.
Los Celtics recobraron el partido en el último cuarto sin perder un ápice de su concentración defensiva y añadieron 6 puntos más al marcador para llevar el parcial a un 16-2 y dejar la ventaja en 15 puntos (81-66). Desde ese momento, el equipo bostoniano agarró a su presa por el cuello y ya no la soltó. Philadelphia había anotado sólo 2 puntos en esos 7 minutos fatídicos.
El partido se decantaba del lado local. Entre otras cosas, por su tremenda superioridad en la pintura, donde el trío Bass-Garnett-Stiemsma hizo mucho daño a los de Collins. Bass acabó con esos 27 puntos tras un 9 de 13 en el tiro doble y un 9 de 10 en el unitario; Garnett sumó 20 tantos; y Stiemsma se lució partiendo de la banca con 10 puntos en 14 minutos (5 tiros sin error alguno) y 3 tapones.
Junto a ese trío interior, anduvieron Paul Pierce (16 puntos) y Rajon Rondo, infalible en su juego como base con 13 tantos y 14 asistencias. El que volvió a flojear fue Ray Allen, pese a recuperar la titularidad debido a la baja de Avery Bradley.
Boston tuvo problemas para cerrar el rebote y anduvo muy impreciso desde el triple, pero todo lo compensó con su buena defensa, su excelente relación robos-pérdidas, su buena selección de tiro desde la zona de 2 y su presencia en los tiros libres, donde dobló al rival con 33 intentos por 16 de Philly.
Del lado de Philadelphia, dos hombres altos aguantaron el envite, aunque no fuera suficiente. Brand metió 19 puntos, aunque sólo capturara 3 rebotes, y Lavoy Allen, formidable rendimiento el suyo, se fue a 12 tantos en 19 minutos con 6 de 6 en el lanzamiento a canasta. Además, doble doble de Evan Turner con 11 tantos y 10 rebotes.
En el lado negativo, el mal rendimiento de Iguodala en ataque, a pesar de hacer un gran mate, y las discretas actuaciones de hombres claves como Jrue Holiday, Lou Williams o Thaddeus Young.