Un equipo enamorado del esfuerzo coral pudo con un equipo basado en dos jugadorazos tras los cuales se extendió el vacío del infinito sideral. James y Wade metieron 52 puntos, pero ningún compañero superó los 5. En Indiana, West fue el mejor, pero todos aportaron su granito de arena.
Es difícil llevar un partido a la prórroga cuando necesitas un triple en la última jugada y el equipo suma antes de ese intento un 1 de 15. Eso le pasó anoche a los Heat. Llevaban 1 de 15 y necesitaban un triple para empatar a 78 y prolongar el partido. Además, ese triple no llevó la firma de James o de Wade (mal triplista), las dos figuras del equipo, sino que fue para Mario Chalmers, auténtico especialista en tiros calientes tal y como demostrara en su día en la NCAA. Pues bien, Chalmers falló y la sorpresa se consumó tras no anotar Miami en los últimos 2 minutos y 41 segundos del partido.
Los Pacers de Vogel ganaron en ese fortín casi inexpugnable llamado AmericanAirlines Arena, bloquearon el factor cancha que favorecía a los de Florida y empatan la serie a 1. Las semifinales de la Conferencia Este están que arden.
Miami 75 Indiana 78 (1-1)
Tremendo varapalo para los de Spoelstra que tuvieron que afrontar su primer partido sin Bosh, cuya ausencia demostró que el equipo carece de plan B en la pintura, algo gravísimo si uno quiere aspirar al anillo.
LeBron James hizo un partidazo (28 puntos, 9 rebotes, 5 asistencias y 6 robos) y sólo flojeo desde el triple. Le secundó a buen nivel Dwyane Wade (24 tantos). Pero es que el resto fue un cero a la izquierda, una sucesión de jugadores sin personalidad ni arrojo. Nadie más superó los 5 puntos. Entre los restantes 8 jugadores de Miami que saltaron a la pista sumaron 23 puntos con un 9 de 34 en el tiro de campo. Una vergüenza en toda regla.
No hay que quitar méritos, eso sí, al triunfo de los de Indianápolis. Un equipo de verdad, bien esculpido por Vogel y lleno de jugadores jóvenes que aún tienen mucho progreso por delante. Indiana defendió, y defendió mucho. El equipo visitante encontró su momento clave en el tercer período, cuando con un parcial de 14-28 se fue al inicio del último cuarto 9 arriba.
Empezó ese cuarto decisivo con LeBron James luchando a brazo partido por anular esa diferencia en el marcador y Miami consiguió tal propósito bien avanzado el último cuarto. Fue una cesta de Wade la que adelantó a los locales 72-71 a 4:11 del final. La remontada había venido de la mano de un gran James, autor de 11 puntos en los 8 minutos disputados del cuarto postrero. Entonces, con ese 72-71 en el marcador, muchos dieron por hecho que los Pacers se desmoronarían. Pero el equipo de Indiana bien ha demostrado esta temporada que no es de esos.
Fue a partir de ese momento cuando los visitantes redoblaron sus esfuerzos defensivos y lo bordaron atrás ante unos Heat atenazados que fueron incapaces de anotar un solo punto en los últimos 2 minutos y 41 segundos del partido.
Un tiro libre errado por Hibbert (a 32 segundos del final) y otro fallado por Hill (a 14 segundos) abrieron la esperanza de la prórroga para Miami, pero con 75-78 Chalmers falló el triple de la esperanza.
Indiana ya había avisado en el primer partido ante Miami que no iba a ser una perita en dulce y ya había arrancado este segundo partido con muy buenas vibraciones, que al final se tradujeron en victoria.
Los Pacers tuvieron a David West como mejor hombre con 16 puntos y 10 rebotes. George Hill hizo 15 tantos, Paul George, un doble doble bajo y Hibbert ayudó con 11 rebotes y 3 tapones. Y es que Indiana sobrevivió perfectamente a la discretísima noche de Granger. Lo hizo gracias a su defensa, una defensa que dejó a Miami en un 34,6% de efectividad en el tiro y en un 1 de 16 en el triple. Parece que aquí, por mucho que algunos no lo quieran ver, puede haber serie.