Los Spurs no fallaron. Eran favoritos para llevarse este primer partido, como lo son para llegar a la final del Oeste, y no tuvieron el más mínimo rubor en cumplir los pronósticos a rajatabla y de modo holgado. Dos eternos jovenzuelos, Tim Duncan y Manu Ginóbili, llevaron la manija del triunfo.
Duncan, como en sus mejores días, dominó la pintura a su antojo y siempre estuvo metido en el choque. Acabo con 26 puntos y 10 rebotes como gran estrella del encuentro. Y Manu Ginóbili, agazapado en la serie contra Jazz porque no se le necesitó, emergió con su mejor perfil para meter 22 puntos.
Tony Parker y Chris Paul se anularon en materia ofensiva, pero lo que quedó alrededor de uno y del otro fue bien diferente. Excelente el papel de jugadores locales como el novato Kawhi Leonard, Danny Green o Boris Diaw. Los Spurs suman ya 15 victorias consecutivas, las 10 últimas de temporada regular y 5 en playoffs.
San Antonio 108 L.A.Clippers 92 (1-0)
No hubo color entre Spurs y Clippers, como no lo hay, con todos los respetos, entre Popovich y Del Negro. Estamos ante un equipo hecho y ante un equipo por hacerse. Un equipo muy hecho, en el caso de los texanos.
Como ocurriera con el Thunder-Lakers, aquí también se notó el cansancio de Clippers tras ganar 4-3 a Memphis y el descanso que tuvo Spurs como premio por derrotar 4-0 a Utah. Pero hubo más que mejor físico local. Hubo superioridad manifiesta. Concepto de equipo superior. Estrellas a pleno rendimiento.
El primer cuarto fue igualado, de tanteo, pero ya al descanso se despegaron ligeramente los locales (57-49), abonados a una ofensiva magistral en la presente campaña amparada en una circulación de balón brillante. Sin embargo, fue en el tercer cuarto cuando se abrió la brecha. Con Manu Ginóbili en gran momento y el equipo rindiendo a gran nivel, los Spurs se fueron sin que el esfuerzo de Eric Bledsoe sirviera de algo. El resultado al final del tercer acto: 87-72.
Empezó el cuarto período con un triple de Stephen Jackson (90-72) para apaciguar aún más los ánimos. La cosa parecía ir de paliza, pero estos Clippers son imprevisibles y con un parcial de 0-10 se acercaron a 8 puntos (90-82) para alimentar el 'fantasma de Memphis' con todavía casi 9 minutos por jugarse. Pero San Antonio no es Memphis y tiró por tierra rápidamente cualquier atisbo de revolución en el partido.
Duncan, Ginóbili y Leonard se pusieron manos a la obra y desmontaron la remontada. Los angelinos nunca bajaron de 8 puntos de desventaja y poco a poco perdieron la fe hasta bajar los brazos. Al igual que en el séptimo partido contra Memphis, los suplentes habían sido los causantes de la remontada, pero esta vez no llegó a ningún sitio.
San Antonio terminó ganando con comodidad. Lo hizo a base de dominar el rebote, apostar por una bella y redonda circulación de balón y defender con mucha solvencia. Los jugadores supieron dar el pase extra para que el compañero tirara cómodo y el acierto desde el triple de los texanos (13 de 25) resultó letal para el rival. Poco importaron las 18 pérdidas de balón cometidas por los de Popo.
Tim Duncan, espléndido con 26 puntos y 10 rebotes, y Manu Ginóbili, efervescente con sus 22 tantos, 3 rebotes, 3 asistencias y 3 triples en 27 minutos, fueron los ejes vertebradores del ataque local, que contó también con los 16 puntos de Kawhi Leonard, que además defendió a su nivel habitual y capturó 6 rebotes, y los 15 de Danny Green. Después estuvo Diaw, que sólo anotó 7 tantos, pero que logró 12 rebotes, 5 asistencias y 3 robos. Es decir, que hizo aquello para lo que se le fichó.
Tony Parker y Chris Paul se anularon. El francés dio 11 asistencias, pero sólo metió 7 puntos con 1 de 9 en el tiro. El estadounidense dio 10 pases de canasta y robó 5 balones, pero se quedó en 6 tantos con un 3 de 13.
El mejor Clipper fue Bledsoe con 23 puntos y 3 robos. Griffin hizo 15 con 9 rebotes y 3 tapones, Butler sumó otros 15, Jordan brilló en la primera parte, pero desapareció en la segunda y Nick Young no lo hizo mal. Pero delante estaba un equipo con mayúsculas: San Antonio Spurs.