Las largas negociaciones del nuevo convenio laboral de la NBA parecen haber dejado como resaca un serio desgaste en la NBPA, el sindicato de los jugadores. Su presidente, Derek Fisher, y su director ejecutivo, Billy Hunter, mantienen un claro y enconado enfrentamiento.
El desencuentro entre los 2 máximos responsables del sindicato que representa a los jugadores de la NBA parece venir de lejos y se acentuó de forma significativa durante las largas y duras negociaciones del actual convenio de la liga.
Fisher, como jugador, es el máximo representante ‘político’ de la NBPA, pero es Hunter, abogado, quien, como director ejecutivo, controla la gestión y el día a día del sindicato. Ambos quieren forzar la salida del otro, pero al primero le quedan 2 años de mandato y al segundo, 3 de contrato, y ninguno de los dos está por la labor de renunciar.
Según cuenta Yahoo! Sports, las hostilidades se recrudecieron la pasada semana, cuando Fisher convenció a los 8 miembros del Comité Ejecutivo para que votaran a favor de que un auditor independiente escudriñara la gestión de Hunter al frente del sindicato, criticada por muchos jugadores, más después de la estrategia impuesta por Hunter en las últimas negociaciones.
Sin embargo, Hunter no tardó en reaccionar y convenció al mismo comité, del que forman parte jugadores como Chris Paul, Roger Mason, Maurice Evans, Keyon Dooling o Matt Bonner, para que rechazara la propuesta de Fisher que previamente habían aprobado -alegando que era innecesaria y había sido promovida únicamente debido a la animosidad de Fisher contra él- y, tras ello, promovió una votación en ese mismo foro para exigir la dimisión de Fisher como presidente.
A pesar de ello, el ex base de los Lakers, ahora en los Thunder, se ha negado en redondo a presentar su renuncia y estaría buscando apoyos entre los jugadores para atacar las prácticas financieras y de negocio de Hunter y exigirle responsabilidades. Parece pues, que la guerra entre ambos está más que declarada.