A medida que se acerca el final de la temporada regular, la tensión es máxima en los banquillos de la NBA y, en algunos casos, resulta difícil de controlar. En Houston y Charlotte ha habido que separar a entrenadores y jugadores en los últimos días.
En el caso de los Rockets, el incidente lo protagonizaron Kevin McHale y el base Kyle Lowry durante un tiempo muerto en el partido ante Denver. Lowry, fuera ya del partido, estaba en el exterior del habitual corrillo en torno al técnico y a éste no pareció gustarle que el base se desentendiera de lo que decía.
McHale agarró a Lowry y le obligó a regresar con sus compañeros mientras ambos se daban voces creando una situación tan tensa que tanto los compañeros de Lowry como los asistentes de McHale tuvieron que intervenir para separarlos y calmar la situación.
Tanto jugador como técnico han restado públicamente importancia a lo ocurrido, achacándolo a la tensión que se vive en algunos encuentros y más cuando, como en el caso de los Rockets, el equipo está por ahora fuera de la fase final tras haber perdido los últimos 5 encuentros.
Silas y Thomas también la lían en Charlotte
No ha sido el de los Rockets el único vestuario caliente en los últimos días. En Charlotte, su veterano técnico, Paul Silas, y el ala-pívot Tyrus Thomas tuvieron también que ser separados el pasado domingo, en este caso no sobre la pista sino ya en el vestuario.
A Silas no le gustó que Thomas confraternizara con el enemigo, los Celtics en este caso, y se lo recriminó a gritos al jugador al finalizar el partido. La bronca entre ambos fue a más hasta el punto de que Silas, de 68 años, empujó a Thomas contra su taquilla, momento en el que tuvieron que intervenir el resto de jugadores presentes para separarlos y evitar que la cosa fuera a peor.
No es de extrañar la tensión en Charlotte teniendo en cuenta que el equipo sólo suma 7 triunfos y está a punto de batir la peor marca de victorias-derrotas de la historia de la NBA y que todo el mundo da por segura la salida de Silas a final de temporada. Thomas es, además, uno de los jugadores que peor está rindiendo respecto a anteriores temporadas.
Ni uno ni otro han querido pronunciarse sobre lo ocurrido, limitándose a darlo todo por zanjado con el comunicado emitido por el general manager del equipo, Rod Higgins, en el que admitía lo sucedido y aseguraba que el asunto sería resuelto internamente.