El tiro libre cobró protagonismo central en los partidos disputados anoche. Sólo se jugaban 5, pero dieron de sí para batir dos records históricos de la NBA, el de tiros libres intentados por un jugador y el de tiros libres sin fallo en un partido.
El 22 de febrero de 1962 el gran Wilt Chamberlain lanzó nada menos que 34 tiros libres en un encuentro que enfrentaba a su equipo por entonces, Philadelphia Warriors, contra St Louis. Desde aquella fecha, y ya habían pasado casi 50 años, nadie había podido ir tantas veces en un partido a la línea de castigo como Chamberlain.
Pues bien, anoche, el 12 de enero de 2012, es decir, casi medio siglo después, otro hombre hercúleo, otro pívot, Dwight Howard, batía el registro de tiros libres intentados al irse la friolera de 39 veces a la línea de personal. Para ello fue necesario que el rival, curiosamente unos Warriors, esta vez afincados en California, hicieran toda una serie de faltas intencionadas a 'Superman' para obligarle a tirar libres, un aspecto en el que el jugador de Orlando deja mucho que desear. Y Howard demostró su fragilidad, ya que tan solo metió 21 de sus 39 intentos.
Al final del partido, Howard se fue a 45 puntos y 23 rebotes, lo que representa otra marca de postín, ya que ningún jugador hacía un 40-20 desde que Shaquille O'Neal lo lograra en marzo de 2003. Shaq acabó con 48 puntos y 20 rebotes en aquella ocasión.
Un partido perfecto
Mientras Howard se iba 39 veces a la línea de personal, Milwaukee Bucks y Detroit Pistons hacían también historia al firmar un partido perfecto en el tiro de uno: 41 de 41 entre ambas escuadras.
Los locales acertaron sus 24 intentos y los visitantes hicieron lo propio con las 17 oportunidades que se les presentaron.
Desde que se instauró en la NBA el reloj de posesión, la perfección en tiros libres al final del partido sólo había ocurrido una vez. Fue un 22 de diciembre de 2000. Entonces, Atlanta y Toronto protagonizaron una serie perfecta de 16 de 16, muy alejada, sin embargo, del número de intentos de la serie de anoche.