Comenzada la temporada, un buen puñado de jugadores se encuentran en el paro. Son agentes libres sin equipo que aguardan una llamada para retomar su carrera en la NBA. Algunos, no están en realidad en paro porque se han decidido por otras competiciones.
En esa lista, hay nombres conocidos, pero dos se llevan la palma: Gilbert Arenas y Michael Redd. Ambos tienen varios puntos en común. Fueron estrellas de la NBA dotados con un don especial para este deporte, firmaron contratos multimillonarios y vieron languidecer sus carreras por culpa de lesiones de rodilla.
Entre los agentes libres sin equipo hay otros como Nate Robinson, Earl Boykins, Eddie House, James Posey, Joel Przybilla o Al Thornton (éste último llama mucho la atención). Pero nada comparado con Arenas y Redd. Porque Andrei Kirilenko no cuenta, toda vez que tiene contrato con el CSKA de Moscú, equipo puntero en el continente europeo.
El caso del 'Agente Zero' se hace más doloroso porque sólo tiene 29 años, una edad perfecta, momento de madurez para un jugador, si es que la palabra madurez cabe en el diccionario de Arenas. Y porque, a diferencia de Redd, parece que su precario físico aún puede aguantar, a otro ritmo claro está, el baloncesto actual. Pero en su caso se juntan su estado físico y su poco equilibrado modo de ver las cosas, incluido su episodio de pistolas en el vestuario con Javaris Crittenton.
El caso es que Arenas está en el paro. De nada sirve su increíble trayectoria que le llevó a firmar un contrato de 6 años por 111 millones de dólares. En la temporada 2007-2008, se perdió 69 partidos por culpa de una lesión de rodilla, que le dejó en blanco en toda la campaña siguiente. No ha vuelto a ser el mismo. Su último equipo fue Orlando, pero no cuajó a la vera de Dwight Howard.
Mano de seda, rodillas de cristal
Sangrante también el caso de Michael Redd, una muñeca de seda, ese tirador zurdo, 'killer' puro, que se quedó por el camino por culpa de sus rodillas.
Redd, de 32 años, ya tuvo problemas en su temporada de novato, en la que se quedó fuera del juego en 66 ocasiones, pero luego tuvo grandes temporadas.
Los problemas se reprodujeron en la campaña 2008-2009. Después, nada. Antes, había firmado, como Arenas, un contrato espectacular: 90 millones de dólares por 6 temporadas. Ahora, se antoja prácticamente imposible que vuelva a ser alguien en esto del baloncesto.