Brandon Roy. La estrella de Portland Trail Blazers. 27 años, en plena madurez. Todo un torrente de calidad. Un sueldazo (contrato hasta verano de 2015 y 15 millones de dólares esta temporada). Perfil llamado al liderazgo. Y, sin embargo, sin ningún futuro.
El escolta que ha hecho vibrar tantas noches al entregado público del Rose Garden se va de la NBA y del baloncesto para siempre. Al menos, eso es lo que se dice en los medios estadounidenses, en los que ha corrido como un reguero de pólvora la noticia de que el otrora jugador franquicia de los Trail Blazers va a anunciar su retirada en las próximas horas.
Su cuerpo ha dicho basta. La última temporada fue un calvario: 12,2 puntos en 47 partidos. Bajón brusco de rendimiento y unos movimientos en la pista que delataban sus limitaciones. Con los meniscos de las rodillas reducidos a la mínima expresión, su juego se había quebrado. Su exhibición en playoffs ante Dallas fue el canto del cisne, el digno epílogo de un ganador.
Sus problemas físicos venían de lejos, desde el instituto, pero todos esperaban que con un tratamiento adecuado no irían a más. No ha sido así. La NBA es muy exigente y ha terminado por derrotar a sus rodillas.
Tras jugar en la Universidad de Washington, fue elegido en el puesto 6 del draft de 2006 para competir 5 años con Portland, años en los que compartió juego con jugadores hispanos como Sergio Rodríguez, Rudy Fernández o Fabricio Oberto, con éste de forma fugaz. En esas 5 campañas, promedió 19 puntos, 4,3 rebotes y 4,7 asistencias. Y jugó 15 encuentros de postemporada.
Ante la mala experiencia vivida la campaña pasada, Roy confiaba en que el largo descanso otorgado a su cuerpo por el lockout y el tratamiento de plasma recibido en sus rodillas sería suficiente para retomar el vuelo. Pero no ha sido posible.
El jugador, según ESPN, anunciará en las próximas horas su adiós. Será duro, muy duro, para él y para la franquicia ese momento, un momento en el que muchos recordarán la felicidad que repartió muchas noches entre los suyos y la esperanza que hizo albergar a Portland cuando se dispuso a formar una pareja letal con Greg Oden.