El pívot de los Oklahoma City Thunder Kendrick Perkins ha negado, a través de uno de sus representantes, las acusaciones que mantiene la policía contra él tras el incidente ocurrido en un local nocturno de Beaumont (Texas), localidad en la que su fundación organizaba un campus para jóvenes.
Según la versión policial, Perkins estaba en el interior del local bebido y provocando un altercado, por lo que terminó siendo detenido y trasladado a comisaría. Sin embargo, la versión ofrecida por el entorno del jugador es totalmente diferente y proclama la inocencia del jugador.
“No estaba bebiendo alcohol, ni estaba borracho. No probó una gota de alcohol el viernes por la noche. No sabemos por qué la policía dice que estaba borracho”, ha asegurado Denise White, publicista del jugador, en un correo electrónico enviado al diario The Oklahoman.
Según White, la policía no le hizo ningún tipo de prueba a Perkins para comprobar su supuesta ebriedad y hay testigos dentro del local que “testificarán que Kendrick sólo bebió agua esa noche”.
White asegura que el altercado se produjo cuando Perkins trató de que el encargado del local le entregara el dinero para su fundación que habían convenido a cambio de aparecer en el establecimiento, algo a lo que éste se negó, momento en que la discusión subió de tono.
Perkins fue desalojado del local de modo brusco por la policía, algo que enfadó al jugador, que terminó empujando en el exterior a uno de los policías, motivo que habría llevado a su detención. “Esos policías estaban fuera de control”, afirma White, mientras que el abogado del jugador, Langston Adams, no descarta la presentación de una queja por brutalidad policial contra los agentes que llevaron a cabo el arresto del pívot de los Thunder.
“Kendrick es un buen chico y su reputación lo es todo para él. Nunca ha estado metido en problemas, así que es importante para él que se esclarezca lo que realmente ocurrió”, concluye White.