El pívot de los Oklahoma City Thunder Kendrick Perkins había viajado a Beaumont (Texas) con un elogiable fin altruista, pero ha terminado siendo arrestado por una reprochable conducta tras beber más de la cuenta y provocar un altercado en un bar.
Perkins se encontraba en la localidad texana, situada a algo más de 100 kilómetros al este de Houston, participando en un campus organizado por su fundación, cuyo objetivo es ayudar a los jóvenes desfavorecidos y alejarles de las drogas, pero no predicó con el ejemplo al llegar la noche.
La policía de la localidad tuvo que acudir la pasada madrugada al club The Ticket tras recibir sobre las 2 de la mañana el aviso de que se estaba produciendo una pelea y de que alguien había utilizado un spray irritante en el interior del local.
Al llegar al local, los agentes se encontraron con Perkins visiblemente alterado y rodeado por medio centenar de personas mientras intentaba agredir al encargado del local. Los propios clientes del local terminaron sacándole por la puerta de atrás, pero allí Perkins persistió en su actitud violenta y tuvo que ser reducido por la policía, que lo trasladó a comisaría.
Horas después, el jugador fue liberado tras depositar una fianza de 150 dólares y bajo los cargos de desórdenes y embriaguez pública, cargos menores de los que tendrá que responder ante los tribunales.