Las casi 10 horas de reuniones mantenidas la semana pasada por propietarios y jugadores de la NBA para tratar de llegar a un acuerdo sobre el nuevo convenio laboral no han servido hasta el momento para acercar posiciones. Así lo han reconocido ambas partes.
“Ambas partes nos hemos movido, pero no estamos ni remotamente cerca de alcanzar un acuerdo”, afirmó el comisionado de la NBA, David Stern, tras la celebración de las reuniones, que tendrán continuidad el martes y jueves de la semana que viene.
La opinión de Billy Hunter, responsable del sindicato de jugadores, no era mucho más optimista. “Creo que uno de los propietarios indicó tras concluir la reunión de hoy que era muy pesimista acerca de si serían capaces o no de alcanzar un acuerdo de aquí a final de mes y me veo obligado a compartir ese sentimiento”, aseguró Hunter tras la última reunión.
Tampoco las palabras del base de los Lakers, Derek Fisher, presidente de los jugadores y participante en las negociaciones, apuntaron en diferente dirección. “Ningún cambio... Hemos propuesto algunas ideas, pero eso no esconde el hecho de que los principales componentes de lo que recibimos en su propuesta no han cambiado en nada”, era su resumen.
Fisher ha contado que los propietarios les han asegurado que la liga cerrará a partir del 1 de julio si los jugadores no aceptan lo que ellos consideran los 3 puntos principales, entre los que están el establecimiento de un tope salarial rígido y una sensible disminución de los salarios de los jugadores.
Pero los jugadores, no parecen dispuestos a ceder. “Estuvimos aquí en el 98 y ellos querían un tope rígido”, asegura Hunter recordando la dura negociación de aquel año, que terminó dejando la temporada regular en 50 partidos, “y sólo fue en vísperas de perder la temporada completa cuando fuimos capaces de alcanzar un compromiso. Esperamos que no se llegue tan lejos esta vez, pero todavía estamos esperando”.