Las cifras de audiencia televisiva en la actual fase final de la NBA no podrían ser mejores en Estados Unidos, con un crecimiento superior al 30% respecto al pasado año, reflejo del cada vez mayor interés de los aficionados estadounidenses por la liga.
La audiencia media en los partidos de las 2 primeras rondas de la fase final, concluidas el pasado domingo, ha sido de 4,92 millones espectadores, una cifra muy superior a la del pasado año en la que una media de 3,74 millones de personas estuvieron pendientes del desarrollo de cada encuentro.
La cifra de espectadores ha sido más alta en la segunda ronda que en la primera, como es lógico, y las semifinales de conferencia han tenido una audiencia media de 6,14 millones de personas, un 28% por encima de las de 2010.
Aún mejor ha sido la cifra de seguimiento arrojada por el primer encuentro de la final de la Conferencia Este que enfrentó el pasado domingo a Chicago Bulls y Miami Heat ya que 11,1 millones de televidentes, con un 6,2% de share, estuvieron siguiendo el encuentro, un récord para un partido de la NBA retransmitido por cable. El anterior databa del último All-Star que disputó Michael Jordan, allá por 2003.
Unas cifras que sin duda alegrarán a los responsables de la liga y de las televisiones encargadas de las retransmisiones, pero que también servirán para alimentar la polémica en las negociaciones con los jugadores, que desde hace meses vienen esgrimiendo la subida de las audiencias televisivas como una prueba de que la situación económica de la NBA no es tan mala como la presenta su comisionado, David Stern, a la hora de negociar.