Los Mavs se impusieron de nuevo en el tercer partido de su serie ante los Lakers y parecen tener ya resuelta una eliminatoria que puede acabar mucho antes de lo esperado y con un resultado que podría abrir una seria crisis en las filas de los hasta ahora campeones.
Los texanos ganaron sin jugar bien porque creyeron en la victoria, algo en lo que los Lakers parecen haber perdido la fe visto cómo una vez más dejaron que el partido se les escapara en los últimos minutos.
Pau Gasol volvió a estar lejos de su mejor nivel, especialmente en la ofensiva, y, sin duda, las críticas contra él serán hoy aún más duras de lo que han sido en los últimos días, pero no fue ni de cerca el único engranaje que chirrió en un conjunto cuyo fracaso es colectivo.
La alegría en el lado hispano fue anoche para la afición puertorriqueña que ve a J.J. Barea más cerca de estar en la final de conferencia. El menudo base de Mayagüez volvió a cumplir a la perfección su papel en los Mavericks aunque con menos brillantez que en el anterior encuentro.
Dallas 98 L.A. Lakers 92 (3-0)
Fiesta por todo lo alto anoche en un abarrotado American Airlines Center que vio cómo su equipo remontaba en los últimos 7 minutos 8 puntos de desventaja para hacerse con su tercera victoria en una serie que amenaza con acabar por la vía rápida con los actuales campeones.
Dallas volvió a poner en evidencia los defectos de unos Lakers cuya imagen parece ahora mismo muy lejana de la del equipo que se hizo con el título en las 2 últimas temporadas. Los locales no jugaron bien y sufrieron mucho en la pintura (56-20), pero supieron sobreponerse y finiquitar en los últimos minutos a un rival cada vez más desconcertado.
Empezó el partido con un primer cuarto de tanteo alto en el que ya se dejaron ver, en forma de serios desajustes defensivos, las dificultades de los de Phil Jackson para defender a Nowitzki y que el de anoche tampoco iba a ser el partido de un Pau Gasol que sigue rindiendo por debajo de lo esperado en estos playoffs.
El español peleó bien en defensa, pero se le volvió a ver desdibujado en el ataque, falto de confianza y acierto a la hora de encarar la canasta contraria y de jugar en uno contra uno contra sus rivales o de lanzar sus clásicas suspensiones de 4 o 5 metros.
Pese a todo, los Lakers parecieron tomar la iniciativa desde el segundo cuarto aprovechando unos buenos minutos de Shannon Brown, el único jugador que aportó algo en un banquillo de los Lakers que sumó 15 puntos por 42 del banquillo rival, y el juego ofensivo de un Bynum que aportó mucho al ataque, 21 puntos y 10 rebotes, pero también restó a la defensa con sus continuos despistes en los cambios de marca. Mientras, sólo Terry acompañaba a Nowitzki en el juego ofensivo de unos Mavs que sufrían el desacierto de hombres como Marion o Stojakovic.
Los visitantes vivieron su mejor momento en el inicio del último cuarto y se plantaron con 8 puntos de ventaja a 7 minutos del final. Parecía que los campeones iban a ser capaces de sacar adelante el partido y hacer olvidar las continuas broncas de Phil Jackson a Pau Gasol cada vez que había un tiempo muerto, pero no fue así.
Dallas apostó por el triple (11 de 29) para contrarrestar la clara superioridad en la pintura de los Lakers y apareció Stojakovic, 11 puntos en el último cuarto, para anotar 2 de ellos que volvieron a meter a su equipo en el encuentro y sembrar de dudas las cabezas de unos Lakers a los que nunca se terminó de ver con las ideas claras.
El partido entró en plena igualdad, 93-91 y balón para Lakers, en el minuto final que suele definir muchos de los partidos de las fases finales y en el que los grandes equipos imponen su experiencia. Ahí ya no hubo color, porque los Lakers jugaron como colegiales mientras los Mavs hacían acopio de experiencia.
Fallaron además los californianos por donde nadie lo esperaba, por su hombre más veterano, el base Derek Fisher, que cometió, en apenas 2 segundos, 2 errores garrafales. Primero, cometió una falta tonta sobre Terry en el último segundo de una posesión en la que Bryant y Gasol se habían exprimido al máximo en el 2 contra 2 para impedir a Nowitzki acercarse a canasta.
Terry, 23 puntos anoche, no falló desde el tiro libre y aumentó a 4 puntos la ventaja local. Los Lakers pidieron tiempo muerto para buscar una jugada que les permitiera seguir vivos y ahí les volvió a fallar Fisher. El base dio un pase demasiado alto desde la banda que Odom apenas pudo rozar antes de irse a la grada ante el alborozo de una afición que veía cómo se certificaba la victoria de los suyos.
Finalmente, celebración de los Mavs, con Nowitzki –32 puntos y 9 rebotes- como líder indiscutible y Barea, 4 puntos y 5 asistencias en 14 minutos, cumpliendo perfectamente con su papel de dar refresco a Jason Kidd, y caras largas en unos Lakers que no acababan de saber muy bien cómo habían perdido el partido.
Odom, 18 puntos, y Bryant, 17, acompañaron a Bynum como mejores anotadores visitantes, pero una vez más será Gasol, 12 puntos y 8 rebotes, elegido como cabeza de turco para justificar el desastre, de quién más se hable en el día de hoy, más tras sus imágenes con Phil Jackson en el banquillo. Pero no se equivoquen, el catalán no estuvo bien, pero los males de estos Lakers no son sólo suyos.