Tremenda bronca la que se vivió anoche en el banquillo de los Mavericks durante el segundo cuarto del encuentro entre el conjunto de Dallas y los Clippers de Los Ángeles. Los protagonistas fueron Jason Terry y el armador hispano J.J. Barea, que ha querido restar importancia al incidente.
Lo cierto es que la discusión fue sonada y en ella terminó involucrado buena parte del banquillo texano tratando de calmar unos ánimos exaltados que parecen fruto de la tensión interna del equipo en los últimos partidos, más que de las relaciones personales, ya que el propio Barea ha reconocido que Terry es uno de sus mejores compañeros en el equipo.
Todo empezó después de que Barea le hiciese ver a Terry su error tras una jugada en la que éste perdió el balón permitiendo una fácil canasta de los Clippers que les permitió ponerse 14 puntos arriba recién iniciado el segundo cuarto.
El comentario de Barea sobre la jugada no pareció sentar bien a su compañero que, a continuación y en un gesto poco profesional, puso el balón en juego rodando desde la banda en dirección a Barea, algo que, como es lógico, no gustó al armador boricua.
Al ver la jugada de Terry, Carlisle, técnico de los Mavs, decidió pedir tiempo muerto y, sin haber llegado todavía al banquillo, Barea recriminó a Terry su acción y la discusión entre ambos jugadores subió de tono hasta el punto de que varios de los asistentes de Carlisle y un puñado de jugadores tuvieron que intervenir para tratar de calmar los ánimos de ambos.
Tras calmarse la situación, Terry se sentó en un extremo del banquillo, del que no volvió a levantarse ya que Carlisle prescindió de él el resto del encuentro, mientras compañeros y asistentes trataban de hacerle entrar en razón y el propio dueño de los Mavs, Mark Cuban, se acercó hasta el banquillo para hablar con el escolta.
Barea no quiere darle importancia
Al final del encuentro, Terry no quiso hablar de lo ocurrido, pero sí lo hizo Barea para tratar de restar importancia a lo ocurrido y atribuirlo a un calentón de esos que a veces se producen en el ardor de los partidos, más cuando se empieza tan mal un encuentro como lo hicieron anoche los Mavs, que no están mostrando precisamente su mejor juego en las últimas semanas.
“Es parte del juego. Tenemos que tener mejores comienzos y así no tener que esperar a que suceda algo para empezar a funcionar”, aseguró el boricua en relación al efecto revulsivo que tuvo el incidente para los Mavs que, tras su flojo inicio, terminaron ganando el partido.
Barea negó que hubiera nada personal con Terry y quiso dar por zanjado el incidente restándole importancia. “Es mi compañero favorito desde que estoy aquí. Fue el calor del momento, nada importante. Somos grandes compañeros. Todos somos profesionales”, afirmó tras el encuentro.
Tampoco Carlisle ha querido dar más relevancia al tema y ha asegurado que “es un asunto interno y va a seguir siendo un asunto interno”. El técnico de los Mavs no cree que vaya a haber ninguna sanción disciplinaria tras lo ocurrido.