No termina ya no de cuajar, sino de arrancar. Mucho se habla de la gran decepción que supuso Milicic tras ser elegido nº2 del draft, pero Hasheem Thabeet no le va a la zaga. Número 2 del Draft 2009, el pívot tanzano no ha hecho todavía nada positivo en sus 2 años en la NBA.
Memphis Grizzlies apostó fuerte por él. Un chico de 2,21 que había rendido bien en la Universidad de Connecticut (UConn) parecía merecerse tal confianza. Podía ser, decían algunos, el nuevo Mutombo. Pero por ahora, nada de nada, monumental decepción.
Tan grande fue esa decepción que Memphis hizo algo pocas veces visto, desprenderse de un 2 del draft. Fue el pasado mes de febrero para recuperar al hijo pródigo, Shane Battier. Houston Rockets se hizo con el jugador africano, pero apenas ha jugado. Ahora, lo envía a la Liga de Desarrollo para que se foguee con Rio Grande Valley, equipo afiliado a Houston.
No es la primera vez que le sucede. La temporada pasada tuvo el dudoso honor de ser el jugador mejor situado en un draft que era degradado al ser enviado a la NBADL. Jugó 6 partidos con Dakota Wizards y promedió 13,8 puntos, 11,2 rebotes y 3,17 tapones. Pero volvió y siguió con su rendimiento nulo en Memphis. Por delante de él, Marc Gasol. No había color.
Los números de este chico, no tan jovencísimo, que tiene ya 24 años, son para hacérselo mirar. Su campaña como rookie en los Grizzlies promedió 3,1 puntos y 3,6 rebotes en 13 minutos. No volvió a repetir esos números. Con eso queda todo dicho.
Este año, 1,2 puntos y 1,7 rebotes en 8,2 minutos en los 45 encuentros con la elástica de Memphis y con Houston, un jugador invisible: 2 partidos para 4 minutos de juego en total. Thabeet tiene un serio problema.