El acierto en lo que va de año desde más allá del arco de Carlos Arroyo ha llevado a algunos periodistas de Miami a plantearle su posible presencia, el próximo febrero, en el concurso de triples del All-Star. El puertorriqueño tiene claro que prefiere estar con su familia.
No es que Arroyo desprecie lo que sin duda sería un honor, sólo que, a lo largo de una ajetreada temporada, los días en que se juega el All-Star son de los pocos que los jugadores que no participan en él pueden aprovechar para disfrutar con la familia y en el caso de Arroyo, con la más pequeña de sus hijas, Daniela, que vino al mundo el pasado 16 de noviembre.
“Para ser honesto contigo, no”, aseguró Arroyo cuando le preguntaron si querría estar en el All-Star, “Sería un verdadero honor, no me entendáis mal. Pero no paso suficiente tiempo con mi familia, especialmente con la pequeña”.
Entre los mejores de la liga
Arroyo es en estos momentos el segundo lanzador más efectivo de la liga desde la línea de 3 puntos con un 49,1% de acierto y hasta hace unos días, cuando le superó Matt Bonner, era el primero con más del 50% de intentos encestados.
Ha anotado 27 de sus 55 intentos triples y es, eso sí, el que menos tira desde la larga distancia de entre los 50 primeros clasificados en la estadística oficial de la liga, muy lejos de los 217 intentos del alero de los Warriors Dorell Wright (24º con un 41,5% y quien más lanza en esa lista). Un dato que juega en su contra a la hora de ser invitado por la NBA.
El acierto de Arroyo este año no deja de ser una anomalía en su carrera, ya que el puertorriqueño nunca ha destacado por su lanzamiento lejano y, de hecho, no suele prodigarse demasiado desde más allá del arco. En su carrera acumula el 34% de acierto y el año pasado, sin ir más lejos, sólo anotó el 28% de sus intentos triples, que fueron tan solo 25 en los 72 partidos que disputó.
Pero su papel este año en los Heat de Miami le está ofreciendo más oportunidades de tiros claros, aprovechando la atención que las defensas contrarias prestan a las estrellas del equipo, LeBron James y Dwyane Wade. Y si le dan facilidades, el puertorriqueño no perdona.