Cuando parecía que los Lakers habían tocado fondo... dejan al descubierto que siguen en caída libre y algunos dudan ya de que puedan abrir el paracaídas. Es tal vez, casi seguro, una exageración, pero es que en la jornada dominical los Grizzlies humillaron a los Lakers en Los Ángeles.
Los de Phil Jackson perdieron por 19 en el Staples Center y llegaron a ir perdiendo por 26 puntos en la recta final del último cuarto. Marc Gasol estuvo reñido con el aro, pero hizo un partidazo en todas las demás facetas del juego, Greivis Vásquez se dio el gustazo de jugar 16 minutos en la meca del cine y hacerlo bien y el gran damnificado entre los hispanos fue Pau Gasol, que vio como su ex equipo, con su hermano entre sus filas, le sometía a una afrenta nunca vista.
Pero la jornada fue pródiga en participación hispana. Rudy Fernández y Luis Scola se vieron las caras en Oregón con victoria de Portland sobre Houston y 10 puntos de uno y otro jugador. Y Atlanta, con un Horford arrasado por Blake Griffin, remontó ante los Clippers para terminar ganando en el Staples Center.
L.A. Lakers 85 Memphis 104
Memphis dio un repaso en toda regla a unos Lakers desconocidos que, de forma inexplicable, han desaparecido del campeonato desde hace un par de semanas.
El equipo de Marc Gasol y Greivis Vásquez se pegó un auténtico homenaje en el Staples. Ya al descanso dominaba 39-48 dejando a los locales en una puntuación ridícula, pero es que en el reanudación un parcial de 4-19 rompió definitivamente un partido que alcanzó su extremo más cruel en su recta final.
Restaban 2:51 por jugar cuando un triple de Rudy Gay extendía la ventaja visitante ¡hasta los 26 puntos!. El luminoso reflejaba un humillante 77-103. Para entonces, las gradas se habían ya despoblado en gran parte y los que se habían quedado en ellas abucheaban a los suyos con toda justicia. Porque resultaba difícil de admitir para los aficionados angelinos que su equipo hiciera tamaño ridículo. Y es que los Lakers había perdido los 4 parciales del partido. Desastre sin paliativos.
El equipo de Tennessee, un muy buen equipo lleno de posibilidades, estaba en una nube. Marc Gasol se acababa de imponer a su hermano -aunque sólo se emparejaron en la zona de forma puntual- y Greivis Vásquez acababa de llegar y besar el santo: primer año en la NBA y éxito apoteósico en el Staples Center ante los dobles campeones de la liga, jugando además 16 minutos y haciéndolo bien.
En el otro lado de la cancha, un abatido Pau Gasol, que perdía ante su ex equipo y su hermano, que forma parte de esa franquicia en la que Pau es el máximo encestador de su historia. Otra vez, no fue la noche del mayor de los Gasol, que empezó como un tiro (anotó 6 de los 9 primeros puntos de su equipo), pero luego se diluyó hasta desaparecer, como el resto de sus compañeros.
Mientras Memphis crecía hasta convertirse en un gigante, los locales menguaban hasta hacerse invisibles al ojo. Los Lakers perdían su tercer encuentro casi seguido en casa por más de 15 puntos (dos ante rivales menores como Milwaukee y Memphis), su cuarto por paliza en los últimos días y volvían a mostrar una impotencia ciertamente preocupante.
La escuadra de Phil Jackson sólo lanzó 71 veces a canasta, sumó 13 pobres asistencias a la par que perdía 20 balones, hacía 5 puntos al contraataque por 28 de su rival mostrando un balance defensivo penoso y robó 5 balones en 48 minutos por 14 robos de los Grizzlies, que tuvieron un balance ejemplar de 14 recuperaciones y sólo 9 pérdidas.
Son datos harto elocuentes. Como que, salvo Kobe Bryant, nadie encaró el aro con garantías. En este marco apocalíptico, debutó el bueno de Joe Smith, que disputó los 5 minutos finales del choque sin hacer nada más que mirar incrédulo todo cuanto estaba aconteciendo.
Mientras, Memphis fue un equipo con mayúsculas en tierras californianas. Los chicos de Lionel Hollins hicieron un partidazo en los dos lados de la cancha y dividieron cabalmente las labores entre sus jugadores.
Hasta 5 anotaron dobles dígitos, con dos puntas de lanza bien conocidas: Rudy Gay, autor de 27 tantos y 3 robos y Zach Randolph, que se impuso a Pau Gasol y terminó con 21 y 8 rebotes. Ambos superaron el 50% en el tiro de campo. Además, O.J.Mayo brilló partiendo de la segunda unidad al hacer 15 puntos y 5 asistencias y lograr su equipo un +22 con él en pista.
Greivis Vásquez mejoró notablemente sus prestaciones de anteriores partidos y aportó 5 puntos, 2 rebotes y 3 pases de canasta en 16 minutos. Anotó los 2 tiros que ejecutó, uno de ellos triple.
Y mención aparte merece Marc Gasol, reñido toda la noche con el aro (4 puntos con 2 de 10 en el tiro), pero esencial en el triunfo por las muchas aportaciones que hizo al juego de Memphis. El catalán estuvo inconmensurable en muchas facetas del juego. Sólo hay que repasar su estadística: 10 rebotes, 6 asistencias, 4 tapones y 3 robos de balón. Marc jugó 38 minutos sólidos y completos.
En los Lakers, resignación, una palabra que no debería estar en el diccionario de los campeones. Kobe Bryant anotó 28 puntos (21 en la segunda parte prescindiendo más de una vez de sus compañeros) y sólo Shannon Brown (11) y Pau Gasol (10) llegaron también a la decena. El mayor de los Gasol acabó con 10 tantos, 8 rebotes y 2 tapones en 32 minutos. Otro partido gris del de Sant Boi. Y es que el trío Gasol-Bynum-Odom lejos de arrasar perdió la partida. Bynum (11 rebotes y 5 tapones) hizo una gran primera parte para desaparecer en la segunda y Odom estuvo, pero no estuvo. Como Barnes, como Fisher, como Artest (0 puntos tras tirar 2 veces en 25 minutos)... Y es que anoche fue la fiesta de los Grizzlies, al lado de Hollywood, a lo grande, una fiesta cargada de excesos inolvidables.
Portland 100 Houston 85
Portland sigue sobreviviendo, y con un aceptable nivel de vida, sin Brandon Roy y esa supervivencia es el salvoconducto de su técnico, Nate McMillan, para no perder su puesto.
Los Blazers supieron dominar a unos Rockets que perdieron de vista el partido en el tercer cuarto. Hasta entonces, habían luchado en plano de igualdad alcanzando el ecuador 6 puntos abajo (54-48). Pero el paso por vestuarios sentó bastante mal al colectivo de Adelman, que encajó un 25-14 en el tercer cuarto en plena crisis ofensiva y se fue al inicio del último acto con un déficit de 17 tantos (79-62).
La victoria local fue, por lo tanto, plácida a pesar de que el partido enfrentaba a dos rivales directos en la lucha por los últimos puestos de playoff en el Oeste, quedando ahora los Blazers con un balance de 18-16 y los Rockets con uno de 16-17.
Lo que parece cada vez más claro es que Portland se asocia mejor como colectivo sin Roy en pista, porque es él y no Miller el que ralentiza la circulación de balón. Anoche, el equipo local asistió 29 de sus 38 canastas y día a día algunos de sus jugadores de segunda línea estallan en un gran partido. Esta vez le tocó al australiano Patrick Mills, tremendo en la primera parte, donde parecía que no podía fallar, y que terminó con 14 puntos y 5 pases finales en 23 minutos de juego.
También brilló el francés Batum, que se fue a 21 puntos y, cómo no, Aldridge, líder indiscutible de estos Blazers sin Roy (25 y 11 rebotes). Además, Camby aportó 13 rebotes, 8 asistencias y 3 tapones, perfecto en labores de intendencia, y los suplentes funcionaron con esos 14 de Mills y los 10 por cabeza de Cunningham y Rudy Fernández. El español estuvo muy activo, tocó mucho balón e hizo un notable encuentro. Lástima que no anduviera acertado en el tiro (4 de 13 en sus 26 minutos en pista).
Houston, mientras, se atacó en ataque. Lowry no funcionó como base titular y Brooks, como suplente, contribuyó más a la anotación que a la ordenación del juego. Los titulares no acabaron de explotar. Martin hizo 15 puntos con 6 de 17 en el tiro y Scola logró 10 y 4 rebotes en 24 minutos. Ninguno fue la panacea habitual y el argentino jugó poco.
Otra vez, la segunda línea de juego fue la que sobresalió más. Se ve en forma a la suplencia de Adelman: Lee 12 puntos, Brooks y Budinger 10, Patterson 10 rebotes...Pero no hubo en esta ocasión milagro de los jugadores secundarios y el equipo perdió.
L.A.Clippers 98 Atlanta 107
La doble sesión en el Staples Center terminó con doble derrota angelina, primero estos Clippers, luego los Lakers. Y eso que el equipo 'pobre' de L.A empezó muy bien su partido contra los Hawks de Horford.
La escuadra local se fue a vestuarios con un 53 a 42 a su favor merced a otra exhibición del gran Blake Griffin (19 puntos y 7 rebotes al descanso). Un Griffin que, salvo un par de tiros horrendos a media distancia, todo lo hizo bien. Pero en la segunda parte el equipo de Del Negro se relajó en defensa y Atlanta le pasó por encima (45-65).
Los Clippers tuvieron serios problemas en algunas facetas del juego. Por ejemplo, fallaron 14 de sus 18 intentos triples. Además, robaron 3 balones mientras perdían 17. Fueron peros muy grandes que les condenaron a la derrota sin importar el partidazo de Griffin (31 puntos y 15 rebotes), el buen desempeño de Baron Davis (15 y 5 asistencias) o el poderío interior de DeAndre Jordan -12 rebotes y 6 tapones-. Eso sí, importó más la nula actuación de Eric Gordon, partido para olvidar del escolta.
En Atlanta, el trío integrado por Joe Johnson, Jamal Crawford y Josh Smith fue vital. Una triple J que fue la pesadilla de los Clippers. Johnson hizo 29 puntos y su actuación fluctuó entre su mal tino en el tiro de campo (7 de 20) y su precisión y prodigalidad en el libre (14 de 17). Crawford añadió 24 como gran sexto hombre. Pero el jugador clave fue Smith, termómetro perfecto de su equipo: primera parte 0 de 8 en el tiro de campo y segunda 5 de 6 para acabar con 22 tantos, 10 rebotes y 3 robos.
Horford no fue esta vez pieza vital del triunfo de los suyos. El dominicano fue arrastrado por un vendaval llamado Griffin, que se lo llevó por delante. En defensa, no pudo con el novato y en ataque anduvo romo. 8 puntos y 10 rebotes fue su bagaje en 37 minutos, en los que cometió 5 faltas para parar en vano a Griffin.