Rudy Fernández vivió su noche más feliz en la NBA e hizo vivir a la afición de Portland una de sus jornadas más divertidas, con más espectáculo sobre el Rose Garden. La pareja Rudy-Aldridge congenió para hacer olvidar al ausente Roy. Mientras, Luis Scola brilló ante los Grizzlies.
El tándem Fernández-Aldridge hizo estragos. El español jugó su mejor partido desde que aterrizó en Estados Unidos, batió su registro anotador (26 puntos), se hartó de dar pases increíbles y levantó a la grada y a los comentaristas presentes. El ala-pívot empató su mejor marca anotadora con 36 tantos y fue el líder que necesitaban los Blazers. La conexión entre ambos fue puro espectáculo.
Como espectacular fue el repaso que Houston dio a Memphis de la mano de un desatado Kevin Martin, un incombustible Luis Scola -que anotó 23 tantos- y un Kyle Lowry que dio toda una exhibición en su enfrentamiento ante su ex equipo. Marc Gasol y Greivis Vásquez vivieron una noche para olvidar. Ambos estuvieron bastante mal.
Además, Dallas ganó a Phoenix en un encuentro en el que los Suns se quedaron sin Steve Nash a los 5 minutos de juego.
Portland 107 Minnesota 102
El partido arrancó de una forma estrambótica. Darko Milicic se lesionó el tobillo en el salto inicial, estuvo renqueante en las primeras jugadas del choque y tuvo que retirarse para no volver cuando sólo se habían jugado 57 segundos. Así es el serbio, genio y figura hasta la sepultura.
Incidente de Milicic aparte, el encuentro comenzó muy al ritmo del cuestionado McMillan, que sacó de titular a Batum por el lesionado Roy. Todo transcurría de manera más o menos lineal: 12-12 en los primeros 6 minutos, Aldridge dominando la ofensiva local ausente Roy... Y en estas, salió Rudy Fernández. Faltaban algo más de 3 minutos para acabar el primer cuarto.
El español estaba ante su enésima oportunidad, aunque no siempre fueron tales, y esta vez no la desaprovechó. Su primer tiro, un triple frontal, acabó dentro; su segundo, un lanzamiento de 4 metros, también y el escolta mallorquín se fue encendiendo hasta encender a la grada y cambiar radicalmente el ritmo del partido. Por momentos, en la primera parte, ¡parecía que mandaba Rudy en vez de McMillan!. El mundo al revés.
Fue así, con esos 2 aciertos de inicio, cómo Fernández entró en una de esas 'rachas borrachas' que tan bien conocen los aficionados de la ACB y los aficionados europeos, pero que hasta anoche era casi desconocida para los aficionados de la NBA. Tremenda racha ofensiva, y también defensiva, que acabó con números de escándalo en la primera parte: 18 puntos al descanso en 15 minutos de juego y 24 de valoración. Un 7 de 8 en el tiro de campo con 3 triples, 3 asistencias, 2 robos y 2 rebotes. Y al final de los primeros 24 minutos ¡Portland había anotado 61 puntos!. 36-30 en el segundo cuarto. Estaba claro que el ritmo lento de juego no lo ponía Andre Miller, sino el lesionado Brandon Roy en su empeño por jugar.
La segunda parte fue menos anotadora, pero tanto o más espectacular que la primera. En ella, la conexión Rudy-Aldridge adquirió tintes de comprensión mutua pocas veces alcanzada en Portland. El 2 contra 2 de estos jugadores, el 'pick & roll' con final en un tremendo Aldridge fue una constante. Y los contraataques bellos y los alley-oops imposibles (tremendo dos de Rudy-Aldridge, especialmente en el que éste mata en la cara de Beasley)... Y el español penetrando como antaño a canasta -enorme su mate en el último cuarto-.
Todo ello sin Roy y con el equipo en cuadro, ya que Rudy y Cunningham fueron titulares en la segunda parte porque Camby y Batum se dañaron sus hombros derechos en la primera.
Poco importó. Portland siguió mandando aunque por escaso margen ante el empuje de Beasley, Love y Webster, que cuajó un buen partido en su otrora casa, se emparejó muchos minutos con Fernández y recibió una atronadora ovación al salir a jugar (¿otro desplante de la grada a Nate?).
Finalmente, al dúo de la noche se añadió otro hombre decisivo, Wesley Matthews, que anotó una canasta y 2 tiros libres vitales para la victoria. El triángulo se cerró así: Aldridge (36 puntos, 10 rebotes, 5 tapones y 15 de 22 en el tiro), Rudy Fernández (26 tantos, 6 asistencias, 3 robos, 3 rebotes y 4 triples en 37 minutos -jugó 22 en la segunda mitad) y Matthews (21 puntos).
En Minnesota, Beasley sumó 33 puntos, Love hizo 19 y 17 rebotes (sufrió mucho en los tableros Portland) y Webster hizo 19 y 9 rebotes. Buena prueba de ese poder en los aros fueron las 11 capturas de Koufos, algo inusual porque suele jugar poco. Eso sí, los Timberwolves fueron un rival perfecto para la regeneración local.
Al final, la grada feliz, nadie se acordó de Roy y McMillan teniendo un muy feo detalle en el triunfo con Andre Miller. El base titular jugó un gran tercer cuarto y en el último disputó ¡1 segundo!. El tiempo que le sacó su entrenador al final para hacer un saque de banda importante. Todo ello, en la noche más feliz de Fernández.
Houston 103 Memphis 87
Puro maquillaje. Houston llegó a ganar por 30 de diferencia, se fue al descanso con los deberes hechos (61-33) y empezó el último cuarto 29 arriba. El resultado final resultó, por lo tanto, más que engañoso y no dice bien a las claras el desastre en el que se sumió en la primera parte el equipo de Hollins.
De ese desastre no escaparon sus dos jugadores hispanos, que vivieron una noche negra con horribles desempeños en la cancha. Marc Gasol estuvo desconocido e hizo lo nunca visto en su carrera NBA: fallar 14 de sus 16 tiros a canasta. Menos mal que anotó sus 6 tiros libres para acabar con 10 puntos y 4 rebotes. Pero ese 2 de 16 resulta incalificable para un pívot. Un horror. Tampoco Greivis estuvo a la altura. Jugó 25 minutos y no los aprovechó. Sólo tiró 2 veces para no anotar ni un solo tiro de campo. Acabó con 2 puntos, 2 rebotes, 2 asistencias y 2 robos. Abonado a un 2 ridículo en una noche ridícula de su equipo.
Houston fue otra cosa. Un soplo de aire fresco transformado en vendaval desde los primeros minutos. A diferencia de Gasol-Vásquez, el argentino Luis Scola estuvo fantástico, como casi siempre: 23 puntos y 9 rebotes en 36 minutos de gran protagonismo ofensivo, pues lanzó 22 veces a canasta). Pero lo más impresionante de 'Luifa' fue su carácter decisivo en pista. ¡¡¡Cuando él estuvo en acción su equipo ganó por un parcial de +39!!!. ¡Menudo dato!.
Las estrellas locales, sin embargo, fueron el base Kyle Lowry, por el morbo de exhibirse ante su ex equipo, y el escolta Kevin Martin, que dio una lección magistral de baloncesto. Lowry acabó con 17 puntos y 18 asistencias y mató a Conley. Martin hizo 34 puntos y decidió con los 20 tantos que se enchufó en el crucial primer cuarto (34-13). Porque el partido se rompió muy pronto. Además, partido muy completo de Battier -17 tantos, 10 rebotes, 5 triples y 5 asistencias-. Los titulares de los Rockets anotaron 97 puntos y los suplentes sólo 6 a pesar de que hubo muchos minutos de la basura.
Memphis encestó el 36% de sus tiros y sólo dio 12 pases de canasta. Conley no pudo con Lowry, Gasol fue una sombra de sí mismo, Mayo anduvo perdido, Randolph no terminó de romper... Sólo se salvaron Gay (19 puntos) y un Sam Young que juega poco y aprovechó para hacer números (19 en 19 minutos con 8 de 9 en el tiro). Sin embargo, Gay empañó su aceptable actuación al hacer una falta flagrante a Scola en el último cuarto y ser expulsado.
Dallas 106 Phoenix 91
Difícilmente podía imaginar Alvin Gentry un contratiempo mayor que el que le ocurrió a su equipo al poco de empezar el partido. En un balón dividido, Nash chocó contra Chandler y el base tuvo que retirarse a los vestuarios para ya no volver. Sólo habían transcurrido 5 minutos de juego.
La lesión de Nash condicionó el encuentro. No es que su sustituto, Goran Dragic, lo hiciera mal, ni mucho menos. El joven jugador es un base muy competente e incluso brillante por momentos. Pero no es lo mismo.
Phoenix aguantó el tirón nada más irse el canadiense y ganó el primer cuarto, pero acto seguido, en el segundo, se vino abajo y cedió medio partido al perder 32-17. Y la cosa fue a peor, ya que al final del tercer cuarto ya perdían los de Arizona por 21. La sombra de Nash era demasiado alargada.
Dragic hizo lo que pudo. Acabó con buenos números, pero tuvo que jugar casi todo el partido tras el problema del base titular, puesto que no tenía un recambio de garantías.
Dallas aprovechó bien la ocasión para seguir haciendo camino en su formidable trayectoria de las últimas semanas que le ha llevado ya a un balance de 21 victorias y 5 derrotas en el total del campeonato. Nowitzki y Terry hicieron 18 puntos, Butler 17 y casi todo funcionó. Funcionaron Chandler y Haywood en el rebote, Kidd en la dirección, Marion en el acompañamiento ofensivo... el que no estuvo demasiado fino fue Barea, que acabó con 3 puntos y 4 pases de canasta en 28 minutos. En Phoenix, Warrick hizo 15 y 14 rebotes, Dragic 14 y 10 asistencias y Frye 14 rebotes.