Una temporada regular en la que cada equipo ha de afrontar 82 encuentros tiene estas cosas. No se puede estar siempre a gran nivel. Eso es lo que les ocurrió anoche a los Spurs de San Antonio, que perdieron ante los Clippers en Los Ángeles, azotados por la marea Blake Griffin.
Los Clippers llegaban al partido como el peor equipo de este inicio de temporada y los Spurs lo hacían como el mejor, pero de nada sirvió. Como no sirvieron esta vez los 15 puntos de Manu Ginóbili.
Mientras, Miami destrozó a Detroit haciendo uso de un juego más coral y Dallas hizo lo propio con Minnesota en una actuación excepcional de sus suplentes, entre los que destacó el puertorriqueño Barea, autor de 14 puntos en 23 minutos.
Pero el gran espectáculo se vivió en Nueva Jersey, donde los Thunder ganaron a los Nets tras 3 prórrogas.
L.A.Clippers 90 San Antonio 85
Hasta ahora los Clippers acumulaban 3 victorias y los Spurs sólo habían perdido 2 veces en 17 encuentros, acumulando además una inmaculada trayectoria como visitantes, pues llevaban un increíble 8-0 fuera de casa. ¿Quién les iba a decir que su primera derrota como foráneos vendría de unos Clippers desesperados por sus malos resultados?.
Pues así fue, San Antonio perdió. En parte, porque notó el back-to-back, ese 98-118 logrado la noche anterior en Oakland ante los Warriors. El hombre que más notó ese esfuerzo doble en 24 horas fue el veterano Tim Duncan, que pasó de un triple-doble ante Golden State a 8 puntos y 5 rebotes ante Clippers. Si a ello le unimos la desaparición en combate de Tony Parker... Y es que el base galo estuvo desconocido: 2 puntos en 18 minutos, lo que le relegó al banquillo casi toda la segunda parte.
Menos mal que estaba al quite George Hill, que fue el mejor Spur con 17 puntos. También anduvo bien Manu Ginóbili, pero claro, no tan bien como en el partido anterior. El argentino brilló a ráfagas, pero estuvo menos resolutivo que en otras ocasiones. Su inteligencia, sin embargo, le dio para comprender el juego y darse a la ayuda al equipo en muy diversos campos (15 puntos, 6 rebotes, 6 asistencias y ninguna pérdida de balón en 34 minutos). Gary Neal lo hizo bien desde la banca. Pero claro, San Antonio con Parker y Duncan de rebajas, pues no es lo mismo.
Al otro lado del campo, los Clippers se rebelaron de la mano de un portento llamado Blake Griffin. El todavía novato acababa de conocer la concesión de su primer premio en la NBA (novato del mes) y lo celebró a lo grande: 31 puntos, 13 rebotes, 4 asistencias y 14 de 21 en el tiro de 2. Lo suyo fue un espectáculo continuo, incluidos varios mates marca de la casa. Tremendo el chico.
El éxito del equipo pobre de Los Angeles llegó el día de la reaparición de Baron Davis. El veterano base fue suplente pero cumplió con creces, generoso y paciente (10 asistencias en 24 minutos). Eric Gordon sumó 21 para los locales y DeAndre Jordan capturó 13 rebotes.
La reconstrucción está aún en marcha. Anoche, por de pronto, dejaron a unos irreconocibles Spurs en 85 puntos, un 35,6% de acierto en el tiro y 20 balones perdidos para lograr una gran victoria.
Miami 97 Detroit 72
Espoleados por las críticas, los Heat se vistieron de equipo y pulverizaron a unos tristes Pistons, que apenas plantearon resistencia a la banda de los James, Wade y Bosh.
Un 29-18 en el primer período, 9 puntos de Detroit en todo el tercer cuarto, un 36,8% de acierto de los visitantes en todo el partido, en el que dieron sólo 11 asistencias... datos que hablan por sí solos de la superioridad del conjunto de Florida, que llegó a acumular 34 puntos de ventaja.
Hasta 9 jugadores locales anotaron y nadie llegó a los 20. Más juego colectivo, más participación de los secundarios, mejor ambiente en la cancha. Todo sinónimo de victoria y buen juego.
James hizo 18 puntos, Bosh y Wade 16 (éste último jugando sólo 18 minutos) y Juwan Howard y Eddie House, 2 hombres con mil batallas a sus espaldas, funcionaron como líderes de la segunda unidad. En toda esta fiesta, el puertorriqueño Arroyo volvió a ser titular y disfrutó de 27 minutos. El de Fajardo acabó con 4 tantos, 5 rebotes y 5 asistencias y vive momentos felices en la NBA.
Detroit, mal, muy mal. Baste decir que su mejor hombre fue el novato Greg Monroe -15 puntos y 8 rebotes intrascendentes-. Entre Hamilton, Prince y Stuckey protagonizaron una serie de 8 de 29 en el lanzamiento a canasta. El dominicano Charlie Villanueva hizo estadística, al menos. Aprovechó el transcurso del partido para anotar 10 puntos y controlar 6 rebotes en 21 minutos. Tiró 10 veces a cesta y anotó en 4 ocasiones.
Dallas 100 Minnesota 86
Otros que no tuvieron el más mínimo problema para ganar fueron los Mavericks, que suman un 14-4 como balance de la temporada frente al 4-14 de su rival. Esa realidad capicúa no es por casualidad. El juego de unos y otros lo demostró anoche.
Fue un encuentro sin historia en el que el protagonismo se lo llevaron los suplentes de Dallas, que estuvieron inmensos. La segunda unidad anotó 59 puntos. Tanto fue su arraigo en cancha que los 3 máximos anotadores locales fueron jugadores suplentes: Marion sumó 16 con 8 rebotes, Barea hizo 14 y Terry 12 y 7 asistencias. Esto demuestra la comodidad del partido, pero también la profundidad de banquillo del equipo de Carlisle.
El partido del armador boricua Barea fue estupendo. J.J se lució y mucho. Acabó con 14 puntos en 23 minutos sin cortarse en el tiro (6 de 13). Estuvo hiperactivo y participativo, capturó 2 rebotes, repartió 3 asistencias y se mostró siempre agresivo de cara al aro.
El mejor titular fue Chandler, que abusó en los tableros hasta decir basta. El pívot de los Mavs se hizo con ¡18 rebotes en 22 minutos!. Una humillación para los Love, Milicic y Beasley de turno.
El último cuarto sobró. Dallas se plantó en él 19 puntos arriba. Y es que los Timberwolves salieron a la cancha como si ya dieran por hecho su inferioridad, una inferioridad real, todo hay que decirlo. Beasley sumó 16 puntos para Minnesota, Ellington 13 y Love 12 con 15 rebotes.
New Jersey 120 Oklahoma City 123 (tras 3 prórrogas)
Dejamos para el final un partido con mayúsculas, aunque no tuviera hispanos en danza. Y es que el Nets-Thunder se prolongó durante 3 horas y 21 minutos, 63 minutos de juego real tras 3 prórrogas. ¡Qué bien hizo el entrenador visitante en dar descanso a Durant, que no se vistió para la ocasión, porque se habría pegado una paliza!.
Un triple increíble sobre la bocina del local Anthony Morrow empató el partido a 93 en el cuarto tiempo. Luego se jugó la primera prórroga (100-100), la segunda (110-110) y hasta una tercera, donde ya se decidió todo. Capital la actuación de Russell Westbrook durante todo el partido y muy especialmente en la segunda prórroga (metió 3 tiros libres para empatar a 4 segundos del final) y el tercer tiempo extra -anotó otros 2 libres decisivos al final-.
Sin Durant, Westbrook y Green llevaron la voz cantante y rozaron cada uno los 40 puntos. Mención especial merece el base, autor de 38 puntos, 15 rebotes y 9 asistencias. Green sumó 37 y Harden hizo 16 desde la banca. Y es que los Thunder sobrevivieron a la ausencia de Durant y a los problemas de faltas de Ibaka.
En los Nets, Brook Lopez alcanzó los 28 con 11 rebotes -aunque 7 de 23 en el tiro-, Farmar fue titular en ausencia de Harris por lesión y se salió con otros 28 puntos y 9 asistencias y Morrow -el héroe del último cuarto- añadió 25 tantos. Todos ellos superaron los 50 minutos de juego. A este terceto se unió el poder reboteador de Humphries -15 rebotes-. Pero los suplentes locales apenas existieron.