El gran Moses Malone fue el último jugador que en la NBA consiguió superar en un mismo partido los 30 puntos y los 30 rebotes. Fue en 1982, hace 28 años. Ya ha llovido. La cifra parecía inalcanzable hasta que anoche Kevin Love demostró que no era un reto imposible.
La hazaña de Love hizo sentirse a muchos aficionados al baloncesto como si hubieran sido arrastrados por la máquina del tiempo a la época dorada de Wilt Chamberlain y Bil Russell, cuando atrapar más de 30 rebotes en una noche no era algo inusual para estos dos gigantes.
Todo un recital
Kevin Love aportó a Minnesota Timberwolves 31 puntos y 31 rebotes en un recital como no se recuerda. Bueno, lo recuerdan algunos, los que vieron jugar allá por 1982 a Moses Malone contra los Supersonics de Seatte en un encuentro en el que el gran Malone se fue a 38 puntos y 32 rebotes. Hasta 2 veces lo logró por aquellos años este jugador, como también lo consiguieron en aquellos gloriosos finales de los 70 y principios de los 80 otras dos leyendas de la NBA, Kareem Abdul-Jabbar y Robert Parish. Desde entonces, el vacío.
Hasta que Love hizo realidad lo imposible. Restaban 4 minutos y 30 segundos para acabar el partido ante los Knicks. El base local Sebastian Telfair penetró a canasta pero dejó muy mal la bandeja, el rebote -el 30- lo capturó Love bajo el aro, luego erró su intento de canasta y aún tuvo tiempo de anotar en un segundo esfuerzo. Sumaba con ese segundo rechace su captura trigésimo primera. No necesitó hacerse con un solo rebote más en los últimos 4 minutos para hacer historia.
Un jugador tremendo
Love nació hace 22 años en Santa Mónica (Calfornia) y se formó deportivamente en la universidad de referencia en su estado natal por lo que respecta al baloncesto, la gran UCLA.
Su trayectoria deportiva había sido hasta ahora más que notable. Sin ir más lejos, este verano logró el oro con Estados Unidos en el Mundial de Turquía. Pero era infeliz en la fría Minnesota, el destino que le espera a Ricky Rubio.
No estaba contento con su entrenador en la inhóspita Minnesota, tan alejada del clima californiano. Creía que Kurt Rambis, su técnico, no le daba suficientes minutos, un Rambis que sí vivió en primera persona aquellos años dorados de Jabbar, Parish y Malone.
Pues bien, desde hace una semana Love es otro. El día 9 emergió en el Staples Center ante los Lakers al hacer 23 puntos y 24 rebotes -11 de ellos ofensivos- y anoche se marcó un 31-31, con 12 ofensivos, que dejó a todos con la boca abierta. Hasta la fecha, promedia 18 puntos y 14,6 rebotes. Y parece lanzado.