El entrenador George Karl ha logrado hoy su victoria número 1.000 como técnico en la NBA, encaramándose a una selecta lista que encabeza Don Nelson y a la que sólo han podido acceder 7 entrenadores hasta la fecha.
Karl, nacido en el estado de Pennsylvania hace 59 años, ha precisado una estancia de dos décadas en los banquillos de la liga para alcanzar tan redonda cifra de éxitos. Le preceden en la lista 3 técnicos actualmente inactivos (Don Nelson, Lenny Wilkens y Pat Riley) y 3 que ocupan banquillos en la NBA (Jerry Sloan, Phil Jackson y Larry Brown).
En la victoria número 1.000 de Karl, han estado presentes 2 jugadores hispanos: el panameño Gary Forbes, que ha contribuido con 15 puntos al hito personal de su técnico y el español José Manuel Calderón, que ha asistido al partido vestido de calle en su banquillo al estar lesionado.
Contenida emoción
Un triple del italiano Andrea Bargnani a 46 segundos del final sembró dudas en el banquillo de Karl. Los Raptors se acercaban en el marcador (116-120) después de haber ido perdiendo por 19 puntos. Sin embargo, un triple errado por el propio Bargnani a 35 segundos después trasladó la más completa tranquilidad a la banda de Denver. En ese momento, el técnico de los Nuggets empezó a recibir las primeras felicitaciones.
Concluyó el partido 116-123 y uno por uno, técnicos y jugadores, fueron felicitando a George Karl en la pista. Fue una sencilla ceremonia, con sentimientos contenidos, pero en la que el entrenador de Denver no pudo evitar sonreír y emocionarse.
El que fuera preparador del Real Madrid entraba así en un selectísimo grupo de preparadores. Tan selecto, que en él no están, por ejemplo, mitos del baloncesto de la talla de Red Auerbach (938 victorias) o Dick Motta (935).
Unos años difíciles
El reconocimiento que vendrá en las próximas horas a la labor de Karl será bien merecido, aunque como otros miembros de esta lista, incluído el líder -Don Nelson-, se trate de un rey sin corona, con un millar de triunfos, pero sin ningún anillo.
Ese halago general le llegará a Karl en un momento de su vida marcado por la superación. Y es que sus últimos años no han sido fáciles, pues ha tenido que superar dos veces la batalla contra el cáncer y ha visto cómo su hijo Coby Karl -jugador de baloncesto- también ha podido dejar atrás esa misma enfermedad. Por eso, este tipo de buenos momentos los saboreará, a buen seguro, de un modo distinto, paladeándolos de verdad.