Arsalan Kazemi quiere convertirse en el segundo jugador iraní capaz de jugar en la NBA y quiere hacerlo pronto. El internacional iraní vive ya en Estados Unidos donde cursa estudios universitarios en la Universidad de Rice, equipo con el que el año pasado debutó en la liga colegial.
Las declaraciones de Kazemi a la agencia de noticias Iran Sports Press pueden resultar un tanto sorprendentes.
Primero, porque se trata de un jugador que aún está en construcción a pesar de que en su temporada de novato en la NCAA presentó ya números más que respetables.
Segundo, porque tiene un serio handicap a la hora de jugar en la NBA, ya que se desenvuelve generalmente cerca del aro a pesar de que sólo mide 2,01. Se trata, sin duda, de una limitación importante, ya que son escasos los jugadores que han conseguido hacerse un hueco en la NBA siendo ala-pívot con esa estatura.
Eso sí, presenta la ventaja con respecto al único iraní que juega en la NBA, el pívot de Memphis Haddadi, de estar viviendo ya en Estados Unidos. Claro, que Haddadi era una megaestrella en su país y es un jugador que mide nada menos que 2,18, una planta muy golosa en una liga necesitada de gigantes con un mínimo de clase.
El escaparate del Mundial
Kazemi ha tenido como escaparate el Mundial de Turquía 2010, donde jugó con Irán y lo hizo bastante bien.
Su equipo cayó eliminado en la primera fase, pero Kazemi promedió en los 5 encuentros que disputó 12 puntos, 7,4 rebotes y 2,8 recuperaciones de balón, convirtiéndose en este último apartado en el mejor jugador de la cita mundialista. Todo un dato.
Arsalan, nacido hace 20 años, le metió a Estados Unidos en Turquía 14 puntos, que acompañó con 4 rebotes, lo que es una buena carta de presentación.
El jugador de Asfahan ha declarado a la agencia de noticias que el Mundial ha sido “el campeonato más importante de mi vida y he obtenido mucha experiencia competitiva... creo que tuvimos una buena actuación”.
Buen nivel en Rice
Además, como decimos, su temporada como 'freshman' en Rice ha sido muy positiva. Ha jugado 30 encuentros y ha logrado medias de 10,3 tantos, 9,1 rebotes y 1,6 robos de balón.
Un aspecto que podría salvarle, dada su altura, es mejorar su tiro exterior. En la NCAA, no ha tirado ni un solo triple en 30 partidos, pero en el Mundial demostró que tampoco tiene tan mala mano y en 5 encuentros hizo 3 triples con un 37,5% de efectividad.