Ni los malos resultados deportivos, ni las dificultades económicas por las que atraviesa la franquicia parecen desanimar al propietario de los Minnesota Timberwolves, Glenn Taylor, que sigue manteniendo que su objetivo es ganar el título de la NBA. Vender, no es una opción.
Taylor lo ha querido dejar claro, pese a que la franquicia atraviesa por uno de los peores momentos en los 16 años que lleva al frente de la misma, afrontando el enésimo intento de reconstrucción desde que Kevin Garnett se marchara a Boston dejando huérfano al equipo.
“Quiero que Minnesota tenga un equipo realmente bueno que tenga la oportunidad de ganar un campeonato”, ha asegurado Taylor en unas declaraciones a Associated Press, algo que además quiere conseguir cuanto antes. “Tengo suficientes años como para querer hacerlo relativamente rápido”, ha afirmado el dueño de los Wolves, de 69 años.
Mucho tendrá que mejorar para ello un equipo que el año pasado sólo consiguió 15 victorias y cuyo juego llevó a los aficionados a dejar desiertas las gradas del Target Center, algo que ha obligado a la franquicia ha rebajar hasta el 50% el precio de los abonos de temporada para tratar de recuperar espectadores.
El dinero no es problema
Tras el desastre de la pasada temporada, Taylor no parece muy dispuesto a ser paciente este año y quiere que haya una clara mejoría. “Hemos traído una serie de jugadores que los entrenadores nos han pedido. Así que creo que se les pueden exigir responsabilidades y decir que queremos ver resultados”, ha dicho, todo un aviso para el técnico, Kurt Rambis.
Los Timberwolves han renovado este año a Darko Milicic y han incorporado a Michael Beasley, Luke Ridnour, Martell Webster, Wes Johnson y Nikola Pekovic. Aún están lejos del tope salarial y Taylor, cuya fortuna personal supera los 2.000 millones de dólares, ya ha dejado claro que el dinero no es problema, aunque la fría y aislada Minnesota sigue sin ser un destino atractivo para los mejores agentes libres del mercado, de ahí su apuesta por los jugadores jóvenes y la reconstrucción a través del draft.
Habrá que ver si el equipo evoluciona este año y si la arriesgada apuesta de Kurt Rambis por implantar el triángulo ofensivo como esquema de juego funciona o termina costándole el puesto. Mientras tanto, desde España, Ricky Rubio seguirá sin duda con interés los acontecimientos antes de tomar una decisión sobre su futuro.