Pau Gasol tendrá un defensor menos del que preocuparse cuando esta noche se decida el título de campeón de la NBA en el séptimo y último partido de la final entre Lakers y Celtics. Kendrick Perkins será baja por culpa de su rodilla derecha.
El pívot de los Celtics se lesionó el pasado martes, en el transcurso del primer cuarto del sexto partido, y ayer mismo, los médicos le confirmaron que su temporada había terminado a falta de un único partido, el que valdrá por toda una temporada. Una pena para el aguerrido jugador céltico y una baja muy importante para su equipo.
Perkins tiene dañados 2 de los ligamentos colaterales de su rodilla y el viernes se le realizará una resonancia magnética para comprobar el alcance exacto de su lesión y si será necesario que pase o no por el quirófano. Para entonces, el título ya tendrá dueño.
Sin Perkins en la pista, Rasheed Wallace y Glen Davis tendrán que redoblar sus esfuerzos para detener el juego interior de los Lakers en donde Gasol volverá a ser crucial, más aún dado el estado físico de Bynum, también con la rodilla dañada, que, en principio, jugará, pero nadie sabe muy bien cuánto podrá aguantar en pista y si podrá rendir mínimamente.