Pau Gasol y Kobe Bryant sumaron 65 puntos tras superar los 2 la treintena, pero el verdadero protagonista del partido fue el español, que terminó con 33 puntos y 14 rebotes, dejó a Boozer en solo 10 puntos y anotó 9 tantos consecutivos en 90 segundos para cerrar el partido en el último cuarto.
Tremendo el ala-pívot catalán, que ha sido la verdadera pesadilla para unos Jazz incapaces de pararle en la pintura. Los Lakers aprovecharon la superioridad de Gasol en los aros y la genialidad de Bryant en el exterior para dejar en la cuneta a Utah por un contundente 4-0. Ahora, se medirán en la final del Oeste a Phoenix Suns.
Utah 96 L.A. Lakers 111 (0-4)
Por la vía rápida y sin contemplaciones. Los Lakers dominaron de principio a fin el cuarto partido de su serie ante los Jazz y dejaron la eliminatoria sentenciada cuanto antes para no dar ninguna ventaja competitiva a los Suns de Phoenix, que ya se habían desembarazado por 4-0 de San Antonio Spurs.
Llevan estos Lakers paso firme para alcanzar la que sería su tercera final consecutiva de la NBA, algo al alcance de muy pocos equipos en la historia de esta liga.
Y han enfilado ese camino de la mano de sus dos hombres clave: Kobe Bryant y Pau Gasol. El primero ha recuperado el 'feeling' perdido en la última parte de la liga regular y el segundo sigue en la misma línea de juego, incluso va a más, que le ha postulado como el mejor hombre de los Lakers en los últimos 40 partidos de su equipo.
Si Gasol decidió el último encuentro de la serie ante Oklahoma City con una canasta a medio segundo del final, anoche hizo lo propio ante Utah, pero con un trabajo de mayor recorrido y mayor enjundia. Porque el español destrozó a los Jazz durante toda la noche. Sus números hablan por sí solos: 33 puntos, 14 rebotes, 2 tapones, 2 asistencias, 12 de 18 en el tiro de campo y 9 de 11 en el tiro libre para sumar 42 de valoración en 40 minutos de juego. Carlos Boozer soñará con él. Y su despertar no será agradable.
Su par, el citado Boozer, acabó con 10 puntos y 4 de 11 en el tiro. De nada le sirvió su buen trabajo en el rebote. Frustrado, más descentrado que nunca, fue eliminado al cometer su sexta falta a 3:31 del final tras empujar en una jugada al propio Gasol. Cabizbajo se fue al banquillo.
Los Lakers fueron otra cosa. Pura alegría. Como la que desbordaba al final del choque Kobe Bryant abrazado a su padre, aquel jugador que militara en el Pallacanestro italiano en los años 80. Porque alegre fue el baloncesto del equipo de Phil Jackson.
Dominaron los angelinos de principio a fin gracias a un notable segundo cuarto. Se fueron los de Jackson 29-42 cuando restaban 7 minutos para llegar al descanso y de nada sirvieron los parches que intentó poner a la situación el veterano Jerry Sloan. Para entonces, Bryant y Gasol ya enseñaban sus dientes y empezaban a morder, los Lakers mostraban sus destrezas defensivas y el trío de hombres altos Gasol-Bynum-Odom dominaba la pintura sin problemas.
Además, los visitantes ejercieron durante estos primeros 24 minutos un férreo control de sus ataques, perdiendo sólo 2 balones, una cifra increíble en una semifinal de Conferencia.
Se llegó al descanso con un cómodo 41-58 para los californianos, auspiciado por un sensacional Gasol (17 puntos y 7 rebotes en el ecuador), un inteligente Bryant -12 tantos y 4 asistencias-, un convincente Lamar Odom y un ya entonces prometedor Shannon Brown.
Los Jazz se habían atascado ofensivamente en el segundo cuarto, habían llegado al descanso por debajo del 40% en el tiro y sólo Deron Williams aportaba en la ofensiva, aunque apenas repartía juego. Mientras, Boozer se fue a vestuarios con 1 canasta en juego anotada. Una auténtica ruina.
El tercer cuarto generó de inicio algunas dudas en el respetable. Y es que por un momento dio la sensación de que los Lakers iban a caer en una de esas 'pájaras' con las que nos obsequian cada vez que se relajan y ponen la mente en un lugar bien alejado de la pista.
Un parcial de 18-7 colocó a los mormones muy cerca de los angelinos (59-65). Fueron minutos en los que el equipo de Jackson se olvidó de jugar con los hombres interiores y el ataque se resumía en grandes jugadas individuales de Bryant. Fueron minutos de mayor intensidad defensiva local, de inspiración ofensiva de Miles (que puso además un tapón de impresión a Fisher) y de mejora de los hombres altos de Utah en las cercanías del aro.
Sin embargo, Los Angeles Lakers supo detener la hemorragia y se recuperó en la parte final del cuarto. Un final aciago para los de Sloan, que vieron cómo Boozer cometía su cuarta falta y cómo Gasol palmeaba a 2 segundos del final para colocar un 67-80 que ponía muy cuesta arriba el partido y la serie a los locales.
Se entró así en el último período, que estuvo muy bien controlado por el vigente campeón de la NBA. Primero por los suplentes, con un gran Shannon Brown, y luego con la explosión final de Gasol, que decidió el partido.
Ganaban por 11 los visitantes cuando quedaba medio cuarto y todo parecía aún por decidir. Pero ahí apareció de nuevo el más explosivo Gasol, que en 90 segundos anotó 9 puntos consecutivos -desde que restaban 5 minutos hasta que quedaban 3:30 aproximadamente- que llevaron el marcador a un 85-105 previa eliminación de Boozer, que, desesperado, hizo personal al español a 3:31 del final. Deron Williams, igualmente frustrado, protestó y se ganó la técnica. Y Gasol con 3 tiros libres consecutivos puso ese 85-105 en el luminoso.
Todavía tendría el español tiempo para anotar otra canasta y finalizar a lo grande (11 puntos en 2 minutos y medio). Y los Lakers vivieron un plácido final de fiesta con Pau y Kobe sumando 65 puntos, teniendo como mejores lugartenientes a Shannon Brown (12 en 18 minutos), Odom y Fisher, ambos con 10.
En los Jazz, Boozer acabó en el banquillo con cara de pocos amigos, Korver apenas apareció en este cuarto encuentro y Kirilenko lo hizo de modo igualmente testimonial. Sólo Williams -21 puntos y 9 asistencias, aunque 0 de 7 en el triple-, Millsap -otros 21 puntos en sólo 25 minutos- y Miles -15 con un gran tercer cuarto- estuvieron a la altura. Pero anoche, la altura era de Gasol y la gloria iba con la altura... y la calidad. Y en ese terreno, el de la calidad, Kobe y Pau son los reyes.