Rajon Rondo se disfrazó de leyenda del baloncesto y robó todo el protagonismo a LeBron James en el cuarto enfrentamiento de la serie Cleveland-Boston. Victoria de los Celtics, que empatan a 2, con un triple-doble monumental de su base: 29 puntos, 18 rebotes y 13 asistencias.
No hay palabras para definir la excepcional actuación que ofreció en la matinal del domingo el armador titular de los célticos. Sencillamente grandiosa.
Boston 97 Cleveland 87 (2-2)
Está claro que los Celtics van a vender cara su derrota, en caso de que pierdan, ante los favoritos del Este, los Cavs. Y es que el orgullo de este equipo campeón parece intacto.
Ayer, a ese orgullo se sumó la inmensa calidad de un Rajon Rondo cuyo físico le permitió hacer una auténtica burrada deportiva ante Cleveland. Y es que el base jugó 46 minutos y 48 segundos de los 48 minutos reglamentarios y tiró a canasta 37 veces (21 de campo y 16 desde el tiro libre). Un monumental esfuerzo físico en ataque que no le impidió rendir al máximo en defensa para acabar con unos números de locura. Esos ya mencionados 29 puntos, 18 rebotes y 13 asistencias. Es decir, un triple-doble mayúsculo, sobrado, sobradísimo.
El base local se llevó todo el protagonismo. No es normal que un base capture 18 rebotes, pero es que además capturó el tal vez más decisivo rechace.
Restaban menos de 2 minutos para la conclusión. Dominaban los locales 90-85 y atacaban para poner más tierra aún de por medio, pero en el uno contra uno en el poste de Garnett, éste erró el tiro. Entonces, entre toda la masa de músculos de la zona y los muchos centímetros acumulados en ella, surgió Rondo para capturar el rebote ofensivo y anotar el 92-85. Faltaba 1:34 para el final. El partido quedaba prácticamente decidido a través de la jugada que mejor lo definía: Rondo reboteando, Rondo anotando.
Más tarde, con 17,8 segundos por jugar y con todo decidido, Rondo se fue a la línea de tiros libres bajo los cánticos de “MVP, MVP, MVP...” procedentes de las gradas del Garden. Y unos segundos después, tras un ataque errado de Cleveland, el propio Rondo se quedaba con el balón para agotar los segundos finales. Nadie tenía más merecido el quedarse con ese último balón. Otra imagen simbólica que resumía el partido: el balón era de Rondo.
Boston empata así a 2 una serie que está resultando ciertamente emocionante, con muchas alternativas de juego y en el marcador, con vaivenes espectaculares y golpes de autoridad trazados por uno u otro equipo según el día.
En la jornada dominical, ese golpe en la mesa lo dio Rondo, acompañado de Garnett (18 puntos), Ray Allen (otros 18, pero con 1 de 8 en el triple) y el suplente Tony Allen (15 tantos).
Los bostonianos estuvieron muy mal desde el perímetro más lejano, al igual que su rival (1 de 14 triples por 4 de 21), pero tuvieron la virtud de dominar el rebote -tremendos en el rebote defensivo (38 a 3)- y saber jugar con cordura los últimos minutos a pesar de tener a casi todos sus mejores jugadores amenazados por personales o incluso expulsados.
Cleveland no pudo con Rondo. La defensa exterior se vio incapaz de parar su juego. Y en la ofensiva sufrieron los Cavs ante la gran labor en la retaguardia del equipo de Rivers, que defendió mucho y bien.
James no estuvo mal, pero tampoco bien. Fue el mejor de los suyos con 22 tantos, 9 rebotes y 8 asistencias, aunque tiró mal y perdió 7 balones. Jamison le secundó a medias y la suplencia resultó inoperante.
La única buena noticia para los de Brown fue la recuperación ofensiva de O'Neal. Y es que Shaquille acabó con 17 puntos.