Tampoco pudo ser en San Antonio donde los Spurs consiguieran su primera victoria ante los Suns. Los locales controlaban el partido liderados por Ginóbili, 27 puntos, cuando surgió un hombre inesperado: Goran Dragic. El esloveno anotó 23 en el último cuarto y destrozó a los Spurs.
San Antonio 96 Phoenix 110 (0-3)
Los Spurs están ya contra las cuerdas tras perder en casa el tercer partido de su eliminatoria ante los Suns. El partido lo habían dominado desde el principio los locales, que llegaron a tener 18 puntos de ventaja (39-21) en el segundo cuarto tras conseguir anular tanto a Nash como a Stoudemire que, por entonces, todavía no había sido capaz de anotar. Sólo Richardson se mantenía como soporte ofensivo de Phoenix. Demasiado poco.
Reaccionaron sin embargo los visitantes antes de llegar al descanso. Stoudemire anotó sus únicos 7 puntos del partido y sus compañeros aportaron un poco cada uno para reducir hasta 4 puntos la desventaja, aunque una suspensión de Ginóbili a 6 décimas del final del segundo cuarto dejaría en 6 la diferencia al descanso (50-44).
En la reanudación, los problemas continuaron para los Spurs. Nash despertó mientras que a Parker, que había recuperado la titularidad en sustitución de Hill se le notaba cada vez más incómodo por culpa de sus molestias en el hombro (terminó con 5 de 17 en el tiro).
El buen hacer de Manu, 10 puntos en el cuarto, mantuvo a los suyos por delante durante este tercer cuarto que se cerró con un triple de Dragic, su primera canasta de un encuentro en el que hasta entonces no había hecho nada, y una suspensión de Richardson que dejaron el marcador en máxima igualdad (72-71).
Y llegó el último cuarto y con él, llegó Dragic y su colosal actuación. El esloveno dejó de ser un simple mortal para transmutarse en un dios del olimpo, en un Michael Jordan de la escuela balcánica, en una bestia diabólica que se lanzó a la yugular de los texanos hasta desangrarlos sobre la pista.
El zurdo de Liubliana anotó 23 puntos en el último cuarto, 20 de ellos en los primeros 8 minutos y despedazó a unos Spurs tan sorprendidos como toda la grada del AT&T Center. Hizo canastas desde todas las posiciones, incluidos los 4 triples que intentó, uno de ellos, espectacular jugada de pillo, con tiro adicional incluido, y todo un repertorio de entradas a canasta ante la cada vez más descompuesta defensa local.
La suya fue una actuación asombrosa, digna de las más grandes estrellas de la liga. Nadie antes le había endosado tal cantidad de puntos a los Spurs en un último cuarto de playoffs (el récord lo tenía Charles Barkley con 19 puntos en 1993). Un roto de tales dimensiones, que los de San Antonio no tuvieron con qué tratar de remendarlo.
A 4 minutos del final, Dragic ya sumaba 23 puntos y los Suns una ventaja de 14 (86-100) que sería definitiva. Con 5 segundos en el reloj, un último triple del esloveno, a pase de Nash, selló el marcador definitivo.
Los Suns ganaron el último cuarto por 39 a 24 tras anotar el 71% de sus lanzamientos y Dragic terminó sumando 26 puntos en 17 minutos de juego. Nash apenas necesitó jugar 3 minutos del cuarto definitivo y Amare Stoudemire ni siquiera se quitó los calentadores en esos últimos 12 minutos que, como el resto de sus compañeros, disfrutó desde el banquillo.
El base esloveno marchó al vestuario entre las palmadas de felicitación de un exultante Robert Sarver, propietario de los Suns, y las caras de desconcierto de sus rivales y de su público, completamente estupefactos aún por lo que acababan de presenciar.
Versión sobrenatural de Dragic aparte, en los Suns, que anotaron 15 de sus 26 triples, destacaron las buenas actuaciones de Richardson, 21 tantos, Hill, 18, Nash, 16 y Barbosa, 13.
En los Spurs, sólo un luchador Manu, 27 puntos y 5 asistencias, fue capaza de superar la veintena. Duncan hizo 15 puntos y 13 rebotes, McDyess 12 y 10, y Jefferson y Hill, al igual que Parker, estuvieron horribles en el tiro. El alero finalizó con 1 de 9 y el base, con 1 de 7.