Tal vez fuera el haber alcanzado el 3-1 a su favor en la eliminatoria, pero a estos San Antonio Spurs relajarse les viene muy mal. Anoche lo hicieron y Dallas les pasó por encima como una apisonadora en una noche fantástica de Caron Butler, figura indiscutible del partido.
Butler lideró las operaciones locales con 35 puntos, 11 rebotes y 3 robos. Hasta 24 veces intentó la canasta en juego el ex de los Wizards, que esta vez sí que validó su fichaje por los Mavericks.
Dallas 103 San Antonio 81 (2-3)
La psicología humana es así. A San Antonio le dio la impresión de que tal vez podía tomarse un pequeño respiro y al poco de bajar la guardia los Mavericks les aniquilaron. Ese momento llegó en el segundo cuarto y se reprodujo en el tercero.
En el inicio del segundo cuarto, surgió el despegue. Terry, desde la banda, agitaba al aire una toalla reclamando el apoyo incondicional de su público, Barea anotaba un canastón pleno de fundamentos técnicos en un uno contra uno en la pintura ante Parker, Butler hacía 5 puntos seguidos y el propio Barea culminaba con una bandeja un contraataque local. Y los locales se ponían 43-27 en el marcador ante el fervor de la grada.
En esos momentos, mediado el segundo cuarto, el local Butler acumulaba ya 17 puntos y el visitante Jefferson no había tirado aún a canasta. Eran los 2 extremos que justificaban tan abultado marcador: la intensidad más absoluta y la desidia más criticable.
Pero no era un asunto de Jefferson. San Antonio no funcionaba. La defensa local era excelente, Haywood se aplicaba con dureza sobre Duncan, Ginóbili no se encontraba como otras noches, y aún así, los visitantes consiguieron estabilizar la hemorragia para presentarse en el descanso con un todavía esperanzador 53-46 en contra.
Butler (19 puntos) y Nowitzki (10 con 6 rebotes) lideraban para entonces la ofensiva de Carlisle, con gran protagonismo de un excelente Barea (6 puntos, 3 rebotes y 3 asistencias). En los Spurs, Parker llevaba 17 puntos y el siguiente, Duncan, sólo había sido capaz de marcar 7.
Sin embargo, el tercer cuarto, lejos de representar la recuperación de los de Popovich, implicó su hundimiento definitivo. Y es que no era el día del equipo, que parecía estar pensando ya más en el sexto partido que en el quinto que estaba jugando.
No hubo demasiada historia en la segunda mitad. Superioridad local y punto. A otra cosa mariposa.
Dallas se impuso por 22 tras muchos minutos de basura y dejó a su rival en 81 puntos. Porque ese fue uno de los imanes mediáticos de la noche: el colapso ofensivo de San Antonio, que anotó el 35,9% de sus tiros de campo y 3 de sus 16 tiros triples, y que dio 11 asistencias mientras perdía 18 balones, una relación horripilante.
Y visto que aquello no tenía solución, Popo decidió conservar fuerzas. Para ello, repartió equitativamente la presencia en cancha de los suyos. Jugaron los 12, todos entre 11 y 29 minutos. No había que acumular cansancio.
Parker fue el mejor con 18 puntos y 6 asistencias en 25 minutos. Duncan no estuvo nunca cómodo y Ginóbili, que fue el hispano que menos jugó, estuvo sencillamente mal. El argentino anotó 7 puntos, capturó 2 rebotes y dio 1 asistencia en 18 minutos de juego en los que logró 2 de sus 7 tiros a cesta.
El resto, nada. Tal vez destacar, por destacar algo, que Mahinmi y Blair aprovecharon bien sus minutos.
Dallas fue otra cosa. Un equipo dispuesto y emprendedor, un equipo lleno de energía. Tras el fantástico Butler -35 puntos-, se situaron Nowitzki (15), Terry (12) y Marion y Kidd (ambos con 10, que el base acompañó con 7 rebotes y 7 asistencias).
Haywood se aplicó bien en defensa, Barea hizo fantásticos minutos en el segundo cuarto para acabar con 8 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias en 25 minutos (hizo 6 faltas personales) y Nájera contó con 21 minutos en los que no anotó, capturó 4 rebotes, robó 2 bolas y cometió otra falta flagrante. Si en el cuarto partido el damnificado fue Ginóbili, en esta ocasión fue su compañero Parker.