Channing Frye mandó anoche un amargo recado a su ex entrenador Nate McMillan, que apenas le dio bola en su etapa en Portland. El pívot que huye de la pintura fue factor clave en el cómodo triunfo de los Suns sobre los Blazers y el equipo de Arizona se acerca a la clasificación.
Entre los suplentes Frye y Dudley endosaron a Portland 39 puntos y el equipo de Oregón terminó perdiendo tras desfondarse en el segundo y tercer cuarto con un Brandon Roy que no está para jugar y un Rudy Fernández que ha caído en la más absoluta depresión. El español volvió a quedarse sin anotar, algo que desgraciadamente le ha ocurrido varias veces en los últimos 2 meses.
Phoenix 107 Portland 88 (3-2)
Los Suns han ganado 3 de los 5 partidos de la serie, pero cuando lo han hecho no se han andado por las ramas, pues siempre lo lograron con ventajas en torno a la veintena o superiores. Anoche, más de lo mismo. Cómodo dominio y victoria por 19 de ventaja ante unos Blazers que se sitúan al borde del precipicio.
En el vaivén propio de unos más que irregulares Blazers, esta vez tocó cruz. Dos cuartos centrales fatídicos obraron el desastre. Y es que el segundo y tercer acto se saldaron con un parcial de 57-38, acumulándose justo ahí todos los puntos de ventaja con los que Phoenix llegó al bocinazo final.
El protagonista del partido fue Channing Frye, un jugador que tras pasar sin pena ni gloria por Portland se está haciendo un hueco importante en estos Suns. Un ejemplo que podría llenar de esperanza a un Rudy Fernández que ni está, ni se le espera.
Fue el día de la 'venganza', una revancha deportiva de un pívot que no es un pívot, de un 'center' que juega como alero, alérgico a la pintura y propenso al más extremo perímetro. Frye cumplió un partidazo y le mandó un amargo recado a McMillan, al que no parecía gustarle mucho este jugador. El ahora miembro de Phoenix se despachó con 20 puntos y 8 rebotes en 27 minutos.
Su juego fue clave, al igual que el de otro suplente, Jared Dudley, que se fue a 19 puntos en 25 minutos con 5 de 9 en el triple. Y es que uno de los aspectos vitales de la victoria local fue la superioridad de su segunda unidad (55 puntos anotados) frente a la apática segunda unidad de Portland (23 tantos).
Otros aspectos clave fueron el serio problema visitante en el rebote y el hecho de que Brandon Roy, superado el impacto inicial de su presencia en el cuarto partido, no está para jugar, aunque su pequeña ayuda bienvenida sea. Jugó la estrella de Portland 19 minutos para anotar 5 puntos, 19 minutos horribles para los intereses de los suyos, que recibieron un parcial de -19. Doctores tiene la Iglesia, señor McMillan (por lo demás, un notable entrenador).
En Phonix, a los suplentes Frye y Dudley les secundó también desde el banquillo un buen Dragic, mientras que en la titularidad Stoudemire -19 puntos- y Nash -14 y 10 asistencias- fueron los mejores.
En Portland, el calvario de Rudy Fernández no parece tener fin. El jugador mallorquín está fuera de juego y no se le ve con ninguna capacidad de reacción. Ha perdido el puesto definitivamente con Bayless y su baloncesto está bajo mínimos.
Anoche, 15 minutos y otros rosco en anotación. Sólo tiró 1 vez a canasta, 1 triple, y lo erró. Su bagaje estadístico: 1 rebote y 1 asistencias. Lamentable.
Los Blazers, inferiores sin duda a su rival, tuvieron en Miller (21 puntos), Aldridge (19, pero sólo 2 rebotes, y es que el rebote fue un lastre insuperable) y Bayless (17 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias) a sus mejores hombres. Y es que Bayless no sólo se ha quedado con los minutos de Rudy -jugó 38-, sino que además se dedica a fabricar las estadísticas que deberían exigírsele al español, cuyo futuro es una incógnita.