Segundo enfrentamiento estelar entre Dallas y San Antonio y desenlace bien distinto al primero de los duelos texanos. Esta vez, Richard Jefferson y Tony Parker se incorporaron a la fiesta y junto al dúo Duncan-Ginóbili integraron un cuarteto demoledor para empatar la serie a 1.
El resto lo puso la fantástica defensa de los Spurs, un equipo acostumbrado a exprimirse al máximo cuando llegan los momentos de la verdad. Ni Terry, ni Nowitzki fueron suficientes apra detener el poderío de San Antonio.
Los otros dos hispanos del partido, los locales Barea y Nájera, jugaron, pero no tuvieron incidencia alguna en el marcador.
Dallas 88 San Antonio 102 (1-1)
Lección de baloncesto de Popovich y los suyos. Por algo nadie quería a estos Spurs en primera ronda, porque nadie se fiaba de ellos tras la recuperación espectacular de Manu Ginóbili. Pues bien, ahora hay que hablar ya de palabras mayores, porque a la recuperación de Ginóbili se suma la puesta a punto física de Tony Parker y la eclosión del cuarto hombre del equipo, el hasta ahora decepcionante Richard Jefferson, que anoche le hizo un roto a los Mavericks.
Se puede hablar, por lo tanto, de un 'big four' que a pleno rendimiento puede hacer a este equipo muy peligroso. Anoche, sin ir más lejos, entre estos 4 jugadores (Duncan, Ginóbili, Parker y Jefferson) sumaron 83 de los 102 puntos de su equipo y ejecutaron 60 de los 83 lanzamientos de la escuadra. Y encima lo hicieron con notable acierto: 33 de 60.
Hubo algunos aderezos, pocos. Que si McDyess fajándose en los aros, que si Bonner aportando puntualmente en la ofensiva... y claro, estuvo la defensa, que es una labor de todos. Porque hay que defender mucho para dejar a Dallas en un 36,5% de acierto en el tiro y en unos escuálidos 88 puntos.
El desenlace del choque se vio desde el principio, desde que Ginóbili anotara la primera canasta del encuentro, que dio paso a un parcial inicial de 0-9 para los de Popovich, que ya nunca abandonarían el dominio del marcador en los 48 minutos, por lo que se puede decir que dominaron de principio a fin.
Un dominio que llegó a alcanzar los 20 puntos de diferencia (60-80) y que los locales redujeron a 5 cuando restaban 7 minutos para el final (84-89), pero fue un espejismo. Anoche, todo estaba atado y bien atado por parte de los Spurs.
Unos Spurs que se encontaron con un Richard Jefferson letal en la primera parte, en la que anotó 17 de sus 19 puntos. Además, RJ ayudó en el rebote (capturó 7) en los 41 minutos que estuvo en pista.
El relevo en la segunda mitad lo tomó la estrella del partido, un majestuoso Tim Duncan, que hizo un guiño para todos esos ineficaces agoreros que le ponían en la cuerda floja. 25 puntos, 17 rebotes y un +26 del equipo con él en cancha fueron sus poderes.
A ellos se sumó un Tony Parker en crecimiento desde su nueva labor de sexto hombre (16 tantos y 8 asistencias) y un Ginóbili que es un seguro de vida porque está fantástico, imperial e imparable. Nueva demostración del bahiense, que estuvo en todos los lados de la cancha, defendiendo y atacando, para terminar con 23 puntos, 5 rebotes, 4 asistencias y 2 robos de balón en 33 minutos en los que tiró lo necesario, incluso poco para lo que podía haberlo hecho, y tiró bien: 8 de 13 en el tiro de campo con 4 de 6 en el triple, y 3 tiros libres sin fallo. Una nueva muesca en su revólver.
De este modo, utilizando a toda máquina a sus mejores hombres, Popovich vivió otra noche feliz en este negocio llamado NBA. Todo lo contrario que Carlisle, que vio cómo su equipo perdía el factor cancha.
Lo vino venir, como decimos, desde el principio. Dallas erró 12 de sus primeros 13 lanzamientos y sólo anotó el 36,5% de sus tiros.
Terry fue el mejor local con 27 puntos, seguido por Nowitzki (24 puntos y 10 rebotes) y Butler (17 y 7 rebotes). Pero esta vez el alemán ofreció una pobre serie de 9 de 24 en el tiro y Butler apenas sumó 6 de 17.
Pero hubo fracasos más sonados. Por ejemplo, los de los 2 cincos de corte defensivo, Dampier y Haywood, que vieron cómo Duncan les pasaba por encima. O el de Marion, inoperante toda la noche. Porque el fracaso de Kidd fue a medias, pues estuvo muy mal en ataque (1 de 7 en el tiro) pero tuvo algunos buenos datos en su haber como las 8 asistencias que dio por 0 pérdidas, aunque su dirección no fuera capaz de desatascar a los suyos.
En cuanto al puertorriqueño Barea y el mexicano Nájera, fueron los 2 últimos hombres de la rotación de 9 de Carlisle, que no es poco. El boricua hizo 5 puntos y 3 asistencias en 10 minutos y el de Chihuahua, que no había jugado el primer encuentro, anotó 2 puntos y capturó 2 rebotes en 6 minutos.