Los Blazers de McMillan no dejan de sorprender. Con Brandon Roy lesionado, el equipo saltó al US Airways Center de Phoenix con toda la confianza del mundo y su juego de equipo le valió para arrebatar a los Suns el factor cancha y dar un paso importante para pasar de ronda.
Portland es un equipo sin fisuras, un equipo construido al milímetro por McMillan. En ese entramado, Rudy Fernández es importante, pero no en ataque. Un lujo desperdiciar el talento ofensivo de un jugador como el español. Pero a su técnico le sigue saliendo bien la jugada.
Phoenix 100 Portland 105 (0-1)
Disputados ya los primeros 8 partidos de playoff -1 por eliminatoria-, sólo 1 equipo ha sido capaz de ganar a domicilio. Ese equipo ha sido Portland y lo ha hecho sin su máxima estrella, Brandon Roy, en la cancha.
En su sustitución acudió Rudy Fernández, que partió desde la titularidad para convertirse en titular a medias. Jugó 28 minutos, se dejó la piel en defensa, se mató a correr y abrir huecos para sus compañeros en ataque y apenas tocó el balón, una tragedia para un jugador, como el mallorquín, que vive del contacto con la pelota.
El resultado fue otro fiasco del español, al que se le ve cada vez más apremiado por los nervios, más impaciente en el tiro y más errático. Es Rudy un jugador que ha perdido la confianza ciega que tenía en su ejecución ofensiva. Anoche, sin ir más lejos, falló tiros más que fáciles y buena parte de esos errores se debieron a la precipitación y la falta de confianza.
El español terminó con 5 puntos, 3 rebotes, 2 asistencias y 1 de 5 en el triple, pobre bagaje ofensivo y no jugó en todo el último cuarto, toda vez que Bayless surgió espectacular en la parte final del encuentro y le quitó los minutos decisivos.
Y decisivo, decisivo, fue Andre Miller, mariscal en pista con Roy ausente. El base visitante protagonizó un espectacular duelo con el local, Steve Nash, y lo ganó. Miller acabó con 31 puntos, 8 asistencias, 3 robos y 10 de 10 en el tiro libre y fabricó 15 de sus 31 tantos en el decisivo último cuarto, en el que Bayless hizo 10 de sus 18 puntos, que consiguió en sólo 23 minutos.
Junto a ellos, ayudaron las aportaciones de Aldridge -22 puntos y sólo 3 rebotes-, que no siempre estuvo bien, Batum -excelente con 18 tantos- y Camby, auténtico pegamento de este equipo que libera a Aldridge de fajarse en el rebote y le permite descansar algo en defensa. Camby acabó con 17 rebotes.
Los Suns, mientras, vivieron del cerebro de Steve Nash, con su maravilloso modo de interpretar este juego, y de las apariciones esporádicas de sus compañeros. El base canadiense terminó con 25 puntos y 9 asistencias.
Stoudemire firmó 18 con 8 rebotes, si bien estuvo muy bien vigilado toda la noche, y Jason Richardson logró 14 con 10 rebotes sin convencer en su tarea ofensiva.
Barbosa tuvo una primera puesta en escena descollante (13 puntos en 8 minutos), pero ahí se quedó y Frye no estuvo mal.
El partido se mantuvo muy equilibrado hasta el último cuarto (72-70 fue el resultado en los 3 primeros). Fue en ese cuarto final donde la defensa de los Suns se vino abajo y recibió 35 puntos.
Aún así, todo pudo torcerse para los Blazers cuando, con 100-103 en el electrónico, Bayless erró 2 tiros libres a 12 segundos del final. Fue el momento de la verdad y esta vez Nash no pudo y su error en el triple del empate firmó la sentencia de muerte local.