Profunda decepción en las filas de Toronto Raptors, que contrasta con la alegría final de los Bulls de Chicago, que se alzan finalmente con la octava plaza del Este y competirán en primera ronda ante Cleveland. Mientras, el equipo canadiense termina la campaña con más pena que gloria.
De nada sirvió la alegría ofensiva de los de Ontario en su último encuentro, que les enfrentó a los Knicks, un encuentro que tenía el aliciente de saber qué iba a ser de los locales, pero que presentaba algunas otras notas de interés como la presencia de dos bases español -Calderón y Rodríguez- o la intervención de tres jugadores italianos: Bargnani, Belinelli y Gallinari.
La victoria de Chicago en Charlotte lo truncó todo. Los de Del Negro han firmado una gran final de temporada (7-3 en los últimos 10 encuentros) y se han clasificado merecidamente para ser actores de la postemporada.
Toronto 131 New York 113
Toronto ganó los 4 parciales del partido, anotó 40 puntos en el segundo cuarto, metió 131 al final del encuentro y ganó por 18, pero la noche fue tristre, muy triste, en el Air Canada Centre. Los Raptors quedan novenos con un balance de 40 victorias y 42 derrotas y se quedan en su casa prematuramente.
Y es que los locales no dependían de sí mismos por culpa de la derrota sufrida hace unos días ante su directo rival, Chicago. Ese partido marcó la pauta y fijó una verdad incontestable: los Bulls actuales merecían clasificarse frente a unos Raptors actuales difusos, convertidos en equipo de medio pelo.
Sin Bosh y con un Turkoglu presente en cuerpo pero ausente en alma, Toronto ganó sin problemas a unos Knicks muy pobres, donde no sabemos si el español disputó o no su último partido con la casaca neoyorquina. Habrá que esperar.
El equipo de Triano hizo su trabajo y esta vez lo hizo bien, aunque buena parte de esa labor positiva partiera de las facilidades dadas por la infantil defensa de New York.
Fue así como Toronto anotó el 65% de sus tiros de campo, logrando 62 puntos desde las cercanías del aro. Todo un mundo de facilidades.
Inútiles fueron los 24 puntos y 9 rebotes de DeRozan saliendo del banquillo, como los fueron los 24 de Bargnani -más generoso que otras veces en el pase- o los 21 de un Amir Johnson que ha acabado muy bien la temporada.
Sonny Weems hizo 18 y José Manuel Calderón y Marco Belinelli brillaron en los minutos que jugaron.
El base extremeño acabó con 15 puntos en 21 minutos, un gran caudal ofensivo que vertebró en 6 tiros de campo anotados de 10 intentados. Además, dio 2 asistencias y robó 2 balones. Y el italiano Belinelli hizo 14 tantos en 22 minutos con una serie perfecta de 3 triples, elevando así su protesta deportiva, en la pista y jugando, ante el incomprensible ostracismo al que le ha sometido Jay Triano, que alguna vez tendrá que explicar el ninguneo a jugadores como Belinelli y Nesterovic por apostar por jugadores más físicos como Wright, Weems o Johnson que no han hecho mejor al equipo.
Frente a los Raptors, unos Knicks sin nada que jugarse y que han tirado una nueva temporada, terminando con 29 victorias en 82 partidos.
Bill Walker fue el mejor de los neoyorquinos con 28 puntos, 18 a partir de 6 triples, y Gallinari añadió 22 con 5 triples, pues el tiro de 3 fue el gran arma de los visitantes, que encestaron 15 con buenos porcentajes.
David Lee sumó 19 tantos y 11 rebotes y el español Sergio Rodríguez disputó 20 minutos en los que hizo 6 puntos, 3 rebotes y 1 asistencia, aunque perdió 4 balones. Ahora tocará saber si el 'Chacho' continúa o no en las filas de los Knicks, permanece en la NBA o regresa a Europa.
Chicago se clasifica
La fiesta estuvo en los Bulls, que tras ganar hace unos días en el Air Canada Centre a Toronto pasaron a depender de sí mismos. Y no han fallado. Victorias ante Boston y Charlotte (anoche por 89 a 98) y pasaporte directo a los playoffs.
La fiesta de los Toros de Chicago tuvo lugar en un estado donde se vive el baloncesto con pasión, Carolina del Norte. Porque el lugar designado por el calendario para este último partido de los de Del Negro fue el Time Warner Cable Arena de Charlotte, equipo ya clasificado.
Por eso, Larry Brown, el técnico local, optó por no esprimir a sus mejores hombres, repartiendo los minutos hasta el extremo de que el jugador que más estuvo en pista no superó los 27 minutos.
Este sentir 'light' del partido favoreció las pretensiones de Chicago, que muy pronto se encaramó en el luminoso con ciertas ventajas que alcanzaron los 14 puntos al descanso.
Peleando el rebote, controlando el juego ofensivo en estático y defendiendo a muerte, los Bulls cumplieron su objetivo. Lo hicieron de la mano de Derrick Rose -27 tantos- y Joakim Noah -21 y 13 rebotes-. Gibson reboteó con vehemencia y el equipo desarrolló un gran trabajo colectivo.
En los Bobcats, el ex de Louisiana State Tyrus Thomas fue el mejor con 16 puntos y 9 rebotes.