La Universidad de Duke ha ganado el título de la NCAA tras imponerse por 61 a 59 a Butler en un partido muy competido en el que casi siempre han ido por delante los Blue Devils, pero por exiguas diferencias. Kyle Singler ha sido el mejor de Duke con 19 puntos y 9 rebotes.
Singler fue elegido como Jugador Más Valioso del Partido (MVP en su versión inglesa) como recompensa a la gran contribución que hizo al juego de su equipo a lo largo del encuentro.
Cuarto título para el centro universitario de Durham, Carolina del Norte, todos ellos de la mano de su auténtico gurú, el entrenador Mike Krzyzewski. El último campeonato del equipo dirigido por 'Coach K' databa de 2001.
Al otro lado, la desilusión de un equipo de una universidad modesta que alcanzaba por primera vez en su historia la Final Four y que ha estado a punto de ganarla. Llevaban los Bulldogs 25 victorias consecutivas, una racha que se ha roto precisamente en la final, en el único partido, por cierto, dentro del Torneo de la NCAA en el que ha recibido 60 o más puntos, aunque haya sido por los pelos.
Duke 61 Butler 59
Final disputada en un abarrotado Lucas Oil Stadium, a pocos kilómetros de la sede de la Universidad de Butler, que se ha decidido por detalles en los últimos segundos, en los que los protagonistas principales han sido Brian Zoubek por Duke y Gordon Hayward por Butler. Dicho así, parecería que la victoria debería haberse decantado del lado de los Bulldogs, pero no ha sido así.
Un tiro cortísimo del mejor jugador del partido, Kyle Singler, dio opciones finales de victoria a Butler, que perdiendo 60-59 se quedó con el balón a 33,7 segundos del final y, por lo tanto, con toda la posesión para decidir, ya que la posesión es de 35 segundos en la NCAA.
Atacó el equipo de Indiana, pero el balón salió fuera faltando 13 segundos, aunque mantuvieron la posesión. Tiempo muerto de su entrenador, Brad Stevens, y Hayward se dispone a sacar de fondo en canasta rival tapado por Zoubek, no lo ve claro y solicita otro tiempo muerto. Se invierten los papeles, ahora el que recibe es Hayward, la estrella de Butler, que termina haciendo un lanzamiento muy forzado con el altísimo Zoubek delante. El tiro es repelido por el aro faltando 3 segundos por disputarse. Rápida personal sobre el pívot de Duke.
Y Zoubek se ve decidiendo la final en los tiros libres, una faceta pobre en él -tiene un 55% de acierto-, pero soluciona la papeleta de forma admirable. Anota el primero y tira a fallar el segundo. Sin embargo, aún hay tiempo para un sobresalto final, ya que Hayward atrapa el rebote y se va directo, sin tiempo, a por el milagro, lanza sobre la bocina un triple desde el medio del campo y casi entra. El balón da en el aro. Es tiempo de celebraciones y tristezas.
Pero antes de ese momento final, en el que a todos se les cortó la respiración, hubo otros momentos aparentemente menos importantes cuya suma dieron ese instante final.
El partido fue de Duke, aunque sin autoridad, porque Butler estuvo siempre encima, atosigando al favorito, sin perder la cara al encuentro.
Butler empezó algo más frío que su rival, aunque fue acoplándose poco a poco a la naturaleza crucial del choque. El técnico más inexperto, Stevens, permanecía constantemente de pie, pero con una tranquilidad pasmosa en su rostro y movimientos; el más veterano, Krzyzewski, descansaba en la banda en una silla apartada de sus jugadores y sólo se levantaba de forma puntual para dar alguna orden o protestar alguna decisión arbitral.
La primera parte fue una toma de contacto más difícil para algunos jugadores que para otros. Por ejemplo, Butler tuvo que tirar más de Shelvin Mack que de un Hayward bien vigilado.
Y sin demasiados sobresaltos se alcanzó el ecuador con 33-32 para Duke, que había anotado para entonces el 50% de sus tiros, excelente noticia para ellos, aunque había ejecutado 12 lanzamientos menos de campo que su rival, preocupante dato para los Blue Devils.
La sorpresa de esta primera mitad estuvo en las filas de Butler. Primero porque sus suplentes estuvieron muy por encima de lo habitual 15 puntos y segundo porque uno de ellos, Avery Jukes, sorprendió a propios y extraños anotando 10 puntos al descanso, algo increíble al tratarse de un jugador que en toda la temporada promedió apenas 2,7 en 10 minutos y que sólo 2 veces alcanzó los 10 puntos en la campaña. Otro dato a tener en cuenta es que en los Bulldogs los 8 jugadores que se vistieron en la primera mitad anotaron. La parte mala: Hayward no terminaba de funcionar.
En Duke, todo según lo previsto. El trío Singler-Smith-Scheyer sumando ya 26 puntos y Zoubek dominando los tableros. La nota negativa la estaba dando una segunda unidad completamente improductiva.
La segunda parte
El inicio de la segunda mitad tuvo como notas más destacadas las erróneas acciones de Matt Howard, pívot de Butler, que le llevaron al banquillo por dos veces al cometer su tercera y su cuarta personal y las extrañas facilidades otorgadas en algunas jugadas por la defensa de Duke, que permitió algunas penetraciones fáciles de los hombres bajos de los Bulldogs. Sin embargo, la igualdad permanecía y transcurridos 5 minutos de la reanudación el marcador registraba un empate a 40.
Las batallas se centraban en ver cómo se cargaban de personales los hombres interiores (Howard, Zoubek, Jukes) en un partido de hombres exteriores (Hayward, Mack, Smith, Scheyer...).
Hacia el ecuador del segundo acto, Hayward empezó a tomar una mayor responsabilidad ofensiva, mientras Singler, el mejor del choque, seguía a lo suyo, anotando y reboteando.
Y así se llegó a los últimos 5 minutos del encuentro con 56 a 55 para Duke y las espadas en alto, con susto incluido a 5:07 del final por una fea falta cometida por Thomas sobre Hayward. Butler había sobrevivido a una larga sequía de minutos en los que sólo había anotado desde la línea de personal.
Sin embargo, todo parecía estar del lado de Duke cuando se adelantaron los de Krzyzewski por 60-55 en la recta final, pero fue ahí donde apareció Howard para firmar 2 canastas a pases de Hayward -maravillosa asistencia- y Mack para dejar el marcador en 60-59 a 49 segundos del final.
Luego vino lo ya relatado, el tiro corto de Singler, la posesión final con error de Hayward, los tiros libres de Zoubek y ese triple final que cuando iba en el aire dejó en completo suspenso todo lo que ocurría en el Lucas Oil Stadium. Después la locura, que se extendió al pabellón de Duke, el Cameron Indoor Stadium, lleno de gente viendo el partido a través de una gran pantalla.
Por el lado ganador, el mejor fue Singler con 19 puntos, 9 rebotes, 3 tapones y 3 de 6 en el triple. Además, Jon Scheyer hizo 15 puntos, 6 rebotes, 5 asistencias y 2 tapones, Nolan Smith se fue a 13 tantos y 4 pases de canasta y Brian Zoubek a 8 puntos y 11 rebotes.
En el lado perdedor, Gordon Hayward sumó 12 tantos, 8 rebotes y 3 robos, pero contrastó su 2 de 11 en el tiro de campo con su 8 de 8 en los libres. Mack se apagó en la segunda mitad y acabó con 12 puntos y 5 rebotes, Matt Howard añadió 11 puntos y Jukes, los 10 de la primera parte.