Por fin hay sentencia sobre el ‘caso Arenas’ y, finalmente, el juez ha decidido ser indulgente con la estrella de los Wizards, que no cumplirá pena de prisión por los cargos de posesión de armas que pesaban sobre él.
Arenas, eso sí, deberá cumplir 30 días en un centro de régimen abierto, al que sólo tendrá que ir a dormir, además de realizar 400 horas de servicios comunitarios, donar 5.000 dólares a una fundación a favor de las víctimas de crímenes violentos y portarse bien en los próximos 2 años, que serán de libertad condicional.
La sentencia ha sido dictada hoy por un juez del Tribunal Superior del Distrito de Columbia que ha optado por una condena menos severa que los 3 meses de cárcel solicitados por los fiscales.
El jugador se ha mostrado arrepentido por lo ocurrido en la sala del tribunal. “Cada día, me despierto deseando que no hubiera sucedido”, ha afirmado Arenas poco antes de escuchar la decisión del juez.
Una condena suave
Arenas se enfrentaba a una pena máxima de 5 años, pese a que la acusación había solicitado sólo 3 meses, y ha recibido una pena inferior a la habitual en casos como éste, que suele oscilar entre los 6 y 24 meses, aunque en muchos casos, según los antecedentes del acusado, los jueces del distrito federal, uno de los que más duramente castigan la tenencia o transporte ilegal de armas, optan por evitar la cárcel y establecer un periodo de libertad condicional.
Los abogados del jugador alegaron en el juicio su falta de intencionalidad en todo lo ocurrido y pidieron al juez que tuviese en cuenta el severo castigo que ya había supuesto para él el reproche público y la pérdida de millones de dólares en contratos publicitarios cancelados, así como de su millonario salario como jugador tras la suspensión con que fue sancionado por la NBA.
Así acaba pues una historia que empezó tras lo que parecía una simple discusión acalorada por una partida de cartas con su compañero Javaris Crittenton y terminó en un proceso judicial después de que Arenas decidiese llevar varias armas al vestuario de los Wizards y darle a elegir una a su compañero en una especie de broma-desafío que ha traído consecuencias mucho más graves de las que el base previó.
Crittenton, que sacó su propia pistola en el incidente del vestuario, también fue suspendido por la NBA y condenado el pasado enero a 1 año de libertad condicional no supervisada tras ser acusado de cargos de menor gravedad que los de Arenas.