Pau Gasol jugó tras superar una amigdalitis y fue pieza clave junto a Bryant y Odom en el triunfo de los Lakers ante Minnesota. Peor le fueron las cosas en lo personal a Calderón y Sergio Rodríguez, aunque el segundo al menos ganó gracias a una exhibición de Toney Douglas.
Douglas anotó 14 puntos en los últimos 6 minutos del partido para dar el triunfo a los Knicks sobre los Sixers, mientras que el 'Chacho' estuvo perdido. Y Calderón anduvo muy desafortunado en su recién estrenada titularidad y Toronto fue humillado en casa por los Thunder.
Volviendo a California, malas noticias para los Lakers, que vieron cómo se lesionaba Andrew Bynum en el partido más generoso de la temporada de Bryant (13 asistencias).
L.A. Lakers 104 Minnesota 96
Bynum abandonó la cancha apenas transcurridos 2 minutos del inicio del tercer cuarto. Se fue directo al vestuario cojeando ante la evidente preocupación de la grada, que ya ha visto esta imagen en el pasado con muy malos resultados para el jugador y la franquicia.
No fue el único que tomó el camino de los vestuarios antes de acabar el partido. También le pasó a Milicic, que estaba cuajando uno de sus mejores partidos en la NBA (16 puntos y 12 rebotes). Un mal gesto le llevó a retorcerse en el suelo de dolor y acabar abandonando la cancha en la recta final del partido.
Los Lakers, dejando a un lado la preocupación por Bynum, vivieron en la más absoluta despreocupación, porque la suya, anoche, fue la victoria al amparo de la ley del mínimo esfuerzo. Y es que parece que están concienciados los angelinos de no gastar un gramo de más de cara a los playoffs.
Solo así se explica la indolencia y la relajación de una plantilla que ganando por estrecho margen mantenía la sonrisa en la cancha y la falta de tensión en el banquillo. Daba la impresión de que Minnesota no podría ganar el partido aunque durara 2 días. Buena prueba de ello fue cuando los Wolves se adelantaron 66-68 en el tercer cuarto y los Lakers se pusieron algo serios y les endosaron un parcial de 14-0.
Los angelinos sumaban anoche su sexta victoria consecutiva; los Timberwolves su duodécimo fracaso al hilo. Huelgan más comparaciones.
Tal era la seguridad en la victoria, que Bryant se dedició a dar un 'clinic' centrado en el pase en la primera parte, en la que apenas tiró a canasta. Hasta 7 asistencias dio Kobe en el primer cuarto, en el que Gasol y Bynum impusieron su ley en los aros.
Pau Gasol estuvo mejor de lo esperado. Acababa de pasar por una amigdalitis y fue duda hasta el último momento, pero no se resintió. Sus números y su importancia en el juego así lo dicen: 17 puntos, 14 rebotes, 4 asistencias y 2 robos en 36 minutos, con 7 de 13 en el tiro doble.
Formó parte del trío mágico, que esta vez, lesionado Bynum, completaron Bryant (22 puntos, 13 asistencias -su récord de la temporada- y 4 robos) y Odom (18 puntos en 26 minutos, 11 de esos puntos en el último cuarto, incluyendo los 2 triples que sentenciaron el choque). Y Farmar lo hizo bien desde la banca.
En las filas de Kurt Rambis, que volvía a la que siempre fue su casa, destacaron el joven Jonny Flynn (20 puntos y 6 asistencias), Kevin Love (19, 11 rebotes y 4 asistencias) y el finalmente lesionado Milicic (16 tantos y 12 rebotes).
Toronto 89 Oklahoma City 115
Baño de considerables proporciones el dado por los Thunder a unos Raptors muy tristes que terminaron humillados en el Air Canada Centre. Superioridad manifiesta de los visitantes de principio a fin. No hubo partido.
Las 3 pérdidas de balón de Calderón en los primeros 5 minutos de partido ya fueron un indicio de que la cosa no pintaba bien para el conjunto que dirige Jay Triano. Ese primer cuarto fue una pesadilla tanto con Calderón organizando las operaciones, como cuando salió Jack.
El problema no fue tanto el ataque como la endeble defensa canadiense, que en esos primeros 12 minutos encajó 39 puntos para irse 14 puntos abajo al primero de los 4 descansos de la noche.
El partido en la primera parte fue un monólogo de Oklahoma City con un Kevin Durant encendido -anotó 23 puntos en la decisiva primera mitad- y un equipo pleno de moral no exento de espectáculo (solo por ver la volcada en rebote ofensivo de Serge Ibaka en el segundo acto habría merecido la pena pagar la entrada).
Si el primer cuarto fue una pesadilla para Calderón y sus compañeros, el segundo fue una continuación hasta irse al vestuario con un desolador 44-71. Defensa haciendo aguas, ataque atascado, decepción en la grada, humillación en las caras de los locales. No era para menos, una locomotora les había pasado por encima y ni se habían enterado. El resto del partido sobró.
Toronto defendió mal en estático y en transición, donde recibió 34 puntos al contraataque de un equipo ágil y joven que sabe correr y parar. ¡Cuidado con estos Thunder!.
Otra vez Durant exhibió sus poderes (31 puntos con 17 de 18 en el tiro libre). Y otra vez le secundaron Jeff Green (25 tantos) y, en menor medida, Russell Westbrook (11 tantos y 10 asistencias). El trío mágico de Oklahoma. Pero también estuvo el apoyo decisivo del resto de la plantilla, sobresaliendo los 12 puntos de un Kyle Weaver recién rescatado de la Liga de Desarrollo.
Los Raptors, de pena. No solo por su horrible defensa. También por su quebradizo rebote y sus 19 pérdidas de balón. ¡Pero qué se puede decir de un equipo que pierde por 26 puntos en casa!.
Solo se libraron del ridículo Bosh -22 puntos y 10 rebotes- y Bargnani -15, con un gran primer cuarto, en 22 minutos-. El resto de los titulares no funcionaron, especialmente Turkoglu y Calderón.
El español repitió titularidad, pero nada fue como esperaba. 4 puntos y 4 asistencias en 22 aciagos minutos. Jack repartió 7 asistencias en 17 minutos, pero no anotó una sola canasta en juego. En realidad, el único suplente que tuvo un poco de amor propio en esta dolorosa derrota fue Belinelli.
New York 92 Philadelphia 88
Todo lo contrario a Toronto es ahora New York, un equipo que gana sus partidos a base de defensa... y de genialidad de un jugador hasta ahora poco utilizado: Toney Douglas.
Douglas es el termómetro actual del equipo. Empezó el partido frío y los Knicks jugaron muy mal, pero todo se olvidó gracias a la exhibición que el base proporcionó a los aficionados del Madison en la recta final del partido. Porque Douglas ganó el encuentro ¡anotando 14 puntos en los últimos 6 minutos, 14 de los últimos 16 tantos de su equipo!.
Antes de tamaña proeza, los Knicks pasaron sus apuros. Sobre todo en un primer cuarto en el que no encontraron su sitio, se atascaron en ataque (5 puntos en los primeros 6 minutos) y sufrieron un parcial de 15-26.
Sin embargo, en la segunda parte los Knicks volvieron a recuperar su recién estrenado espíritu defensivo y dejaron a los Sixers en 38 puntos, unos Knicks que ganaron anotando solo el 36,8% de sus tiros y completando al contraataque 6 puntos. Nada que ver con su anterior yo.
En esta nueva 'filosofía' de juego Sergio Rodríguez anda perdido. Vino de Oregón huyendo del espíritu defensivo para divertirse a la carrera y ve cómo todo ese guión se desmorona.
Anoche, el canario jugó 9 minutos casi inservibles -bastante malos- en un equipo plagado de bajas: Wilson Chander, Eddie House y, la más notable, David Lee. A la que habría que añadir a McGrady, que jugó pero como si no lo hubiera hecho (0 puntos en 29 minutos con 0 de 7 en el tiro).
Lo peor para Sergio es que jugaron más minutos que él claramente los bases Douglas y Duhon y los escoltas Walker y Giddens. Y 3 de ellos -todos salvo Duhon- rindieron a un fantástico nivel.
New York terminó ganando en la parte final gracias a la sensacional actuación de Douglas, que acabó con 22 puntos en 24 minutos, pero gracias también al trabajo anterior de Gallinari (25 puntos) y Harrington en el rebote, ausente Lee.
Philadelphia, de más a menos. Y todos sus hombres destacados tuvieron peros. Brand anotó 19, pero solo atrapó 3 rebotes; Iguodala hizo 17 con 7 rebotes y 4 robos, pero terminó con 7 de 20 en el tiro, y Holiday sumó 15 con 8 rebotes, pero como base tan solo repartió 2 asistencias en 42 minutos. Y al final, a pesar del buen trabajo de Kapono y Williams en la segunda unidad, perdieron.