El gigantón lituano Zydrunas Ilgauskas debería haber jugado el sábado, ante los Mavericks, su partido número 724 con la camiseta de los Cavaliers y con ello haber establecido un nuevo récord en la franquicia de Ohio. Pero no fue así. Su técnico, Mike Brown, no le sacó al campo.
Era la primera vez, en sus 11 años en Cleveland, que Ilgauskas se quedaba sin jugar por decisión del entrenador y no pudo ser en un momento más inoportuno. Lo que tenía que haber sido una noche especial se convirtió en una velada de decepción y a LeBron James no le ha gustado ver la tristeza de ‘Z’, como le conocen en el vestuario.
“Yo personalmente pienso que sin duda debería haber jugado”, afirmó LeBron el lunes, “No estoy intentando crear polémica con el entrenador o la organización. No sé quién tomó la decisión”.
Enfado y tristeza
A James, un hombre poco propenso a las críticas en público, se le notaba enfadado por lo que cree que es un trato injusto para quien tanto ha dado a la franquicia. “De lo que se trataba antesdeayer era de algo mucho más importante que jugar ante los Mavericks, era de Z batiendo un récord y convirtiéndose en el líder de la franquicia en partidos jugados”.
La estrella de los Cavs tiene claro que si de él hubiera dependido, Ilgauskas hubiera sido titular y habría pedido un tiempo muerto para sustituirle y que el veterano jugador recibiera la merecida ovación de los aficionados.
Brown no lo hizo y James piensa que no actuó correctamente. “Apoyo a Z y siento que el hecho de que no jugara no fue correcto. Como amigo suyo me disgusté mucho y sé que él también”, remachó James en sus declaraciones de ayer. Lo cierto es que a Ilgauskas se le vio triste al finalizar el encuentro aunque de su boca no ha salido una palabra de reproche.
Mike Brown, que ha restado importancia a las declaraciones de LeBron, justificó su decisión por cuestiones tácticas –los Mavericks optaron por una alineación de pequeños- y el resultado del encuentro le dio la razón. Pero demostró una enorme falta de tacto con la que ha conseguido enfadar a 2 de los jugadores con más peso en su plantilla. Algo que un entrenador también debería cuidar.