Que Lawrence Frank estaba en la cuerda floja era algo que nadie dudaba. El desastroso balance que arrastraba su equipo, los New Jersey Nets, en este inicio de temporada le hacía candidato a la destitución. Los Nets suman 16 derrotas sin victoria alguna en el arranque de campaña y la cuerda se ha roto.
La última hora confirma lo que se venía apuntando a lo largo del día: Lawrence Frank ya no es el entrenador de New Jersey Nets.
Todo apunta a que el conjunto del mexicano Eduardo Nájera sumará en unas horas su decimoséptima derrota consecutiva. Y es que hoy, los Nets viajan a L.A para enfrentarse contra los todopoderosos Lakers. Una derrota colocaría a la franquicia en la peor situación de la historia de la NBA por lo que respecta al balance de inicio de temporada. Sólo 2 equipos han acumulado hasta ahora un 0-17. Pues bien, Frank ya no estará en el banquillo del Staples Center, su puesto lo ocupará su asistente Tom Barrise.
Ahora, habrá que esperar cómo evolucionan los acontecimientos, ya que todo está a expensas de que el magnate ruso Mikhail Prokhorov compre o no la franquicia estadounidense.
El rumor cobraba fuerza
Según avanzó Yahoo! Sports, todo estaba prácticamente decidido: a principios de esta semana Frank sería destituido y se cortaría su larga trayectoria con los Nets, a los que entrenaba desde enero de 2004, es decir, desde hacía casi 6 años. La estimación se quedó larga, y antes de jugar contra los Lakers, Frank ha sido cesado.
Frank estaba en su último año de contrato y tenía que cobrar esta temporada 4 millones de dólares.
En todo ese tiempo ha habido de todo. En sus primeras 4 temporadas con los de Nueva Jersey, el joven Frank metió al equipo siempre en playoffs, pero en los 2 últimos año el conjunto no ha sido capaz de entrar en la postemporada.
Frank es todavía muy joven. Tiene 39 años y llevaba entrenando al equipo desde los 33, habiendo llegado al club como asistente cuando apenas frisaba los 30.
Sin embargo, este arranque de temporada ha echado por tierra todo el trabajo acumulado en estos últimos años. La fragilidad de la plantilla, unida a la plaga de lesiones, ha dejado un lastre de malos resultados que parece difícil de remontar. Y todo apuntaba a que todo estaba a punto de terminar, como así ha sido.