Duelo de españoles en el Rose Garden de Portland que se saldó con victoria por KO de Marc Gasol sobre Rudy Fernández en el terreno individual y colectivo. Los Grizzlies dominaron de cabo a rabo el partido y Gasol concluyó con 19 puntos, 15 rebotes y 5 asistencias.
Mientras Marc daba buena cuenta de Greg Oden y LaMarcus Aldridge, Rudy Fernández volvió a protagonizar un partido anodino en su intento, ya casi perenne, de encontrar su rol en estos Blazers.
Tampoco anduvo nada fino José Manuel Calderón. Su equipo perdió, cumpliendo con la lógica, en el TD Garden ante los Celtics y la irregularidad del base extremeño se ha trasladado a todo el equipo, que con tantas caras nuevas no parece ensamblarse todavía.
En Miami hubo sorpresa. Washington ganó a los Heat en un encuentro con escaso protagonismo hispano, pues el argentino Oberto no se vistió y el puertorriqueño Arroyo sólo disputó 7 minutos.
Portland 96 Memphis 106
Dicho así, el resultado parece sorprendente dentro de unos límites saludables, pero el partido no fue así, porque el resultado es engañoso. Los Grizzlies pudieron hacer a los Blazers el mayor roto de su historia reciente.
Así lo pensaban los más de 20.000 espectadores que se dieron cita en el Rose Garden cuando Marc Gasol -brillante y sabio toda la noche- anotó 2 tiros libres a falta de 5 minutos para llegar al descanso. Los aficionados locales se frotaban las manos al mirar al marcador: ¡24-48!.
Memphis doblaba y humillaba a Portland, que poco después llegó a ir 29 puntos abajo. No era de extrañar: los locales no anotaban ni el 35% de sus tiros, los visitantes enchufaban más del 60% de los suyos y la debacle era un hecho.
Todo ese desastre se fraguó en uno de los parciales más increíbles que haya dado la NBA en los últimos años. En esta primera mitad hubo un momento en el que el suelo desapareció bajo los pies de los Blazers, que encajaron un parcial de ¡2-31! con una serie directa de ¡0-21!, la mejor lograda por los Grizzlies en su historia como visitantes.
Con este panorama se presentaron los de McMillan en el descanso (39-61). Los Grizzlies habían defendido mejor que nunca y habían atacado como un reloj, destrozando sus hombres altos a los jugadores interiores locales, tan llenos de renombre como de incapacidad anoche.
Todo cambió tras el descanso. Los de Oregón apretaron un poco y paulatinamente se metieron en el partido, pero esta vez se vio a los jugadores de Memphis dispuestos a permanecer juntos en las vacas flacas, lo que les hizo soportar el tirón local y ganar su quinto partido de los 7 últimos que han disputado. Cuidado con estos Grizzlies.
Cuidado porque tienen una de las plantillas más espectaculares dentro de la pintura, como ayer atestiguaron, y un juego de inmensa calidad en el perímetro, reforzado por un Tinsley que parece venir en son de paz.
El dominio junto a los aros de los hombres de Hollins fue escandaloso. Marc Gasol y Zach Randolph -que se lució en la vuelta a la que fue su casa- arrollaron a Oden y Aldridge y el duelo de los terceros en disputa se saldó con éxito rotundo de Thabeet sobre Przybilla. Entre los 3 primeros sumaron 49 puntos y 30 rebotes; entre los 3 locales sólo 29 y 19.
Es un hecho significativo el que Thabeet vaya desengrasándose, como lo es la inclusión exitosa en la rotación de Tinsley (16 puntos y 5 asistencias en 26 minutos).
Pero los hombres cruciales siguieron estando ahí, no fallaron. Randolph hizo 21 puntos y 9 rebotes, Mayo se fue a 19 con 6 asistencias y el equipo ganó con un Gay menor -14 puntos-.
Mención aparte merece un extraordinario Marc Gasol, que terminó con 19 puntos (tirando poco, pero de forma excelente), 15 rebotes y 5 asistencias en 40 minutos. Su valoración -36- contrastó con la valoración de su compatriota Rudy Fernández -1-.
Mientras el primero ya ha encontrado su sitio en Memphis, el segundo sigue buscando el suyo en Portland, y salvo al inicio del último cuarto pasó desaparecibido. Sus números, pobres: 4 puntos en 18 minutos con 1 de 6 en el tiro.
Y es que en Portland sólo funcionaron Roy (26 puntos, 8 rebotes y 9 asistencias) y Webster (24 puntos con 6 de 11 triples).
El resto no desarrollaron más que un ejercicio de inferioridad ante un equipo que anotó casi el 54% de sus tiros, sólo tuvo 9 pérdidas, defendió de manera brillante, repartió el trabajo en ataque y mantuvo un notable equilibrio entre jugadores interiores y exteriores y titulares y suplentes. Y además, esta vez mantuvo el aplomo en los momentos finales.
Boston 116 Toronto 103
Estos Raptors no terminan de funcionar y buena parte de sus males descansan en su nefasto trabajo defensivo y el irregular papel de su timonel, Calderón, al que no se le ve todavía con las piernas suficientes para afrontar mayores logros.
No está Calderón a punto y eso se nota en la frescura de su juego. Ayer volvió a estar gris (9 puntos y 4 asistencias), un grisáceo nivel al que se unió, ya más cercana al negro, la noche insensible de Bargnani, que tuvo un partido para olvidar.
Pero siendo grave el no poder contar con Calde y Bargnani, aún lo parece más la escasa disposición defensiva de este equipo, plagado de calidad y conocimiento del juego ofensivo, pero más que blandito en las facetas primordiales de la retaguardia.
Volvió a suceder ante los Celtics. Los Raptors intentaron llevar desde el principio el partido al terreno del correcalles, intentando ocultar en ese ritmo trepidante y en un intercambio delirante de canastas fáciles sus vergüenzas defensivas al mostrar también las del rival. Pero todo era falso.
Mientras se mantuvo un ritmo alto, el encuentro estuvo parejo. Es decir, hasta el descanso, porque en la reanudación los de Rivers apretaron las clavijas defensivas y los canadienses pasaron a mejor vida. Un parcial de 33-17 en el tercer acto llevó a los locales a un +15 con un triple sobre la bocina de Wallace.
Ya el último cuarto fue un quiero y no puedo, a pesar que Boston no anduvo convincente.
Un mate de Pierce nada más empezar el último cuarto, con rodillazo en el aire del atacante a las partes bajas de Bosh puso el +17 en el luminoso, pero también la oportunidad de que Calderón lanzara 3 tiros libres por técnicas acumuladas a Pierce y Rivers. A partir de ahí, Toronto intentó meterse en el choque y llegó a ponerse a 9, pero en cuanto los célticos sintieron el aliento de su rival en el cogote, aceleraron y adiós muy buenas.
Que el partido no resultó muy defensivo lo revelan los porcentajes. Un 62,3% los Celtics y un 55,7% los Raptors. El resto fue nefasto para Toronto, que batió su récord de la temporada en pérdidas de balón (25), recibió 68 puntos en la pintura y dio 15 asistencias por 33 de su rival. Datos suficientes para haber firmado una derrota mayor.
Ray Allen -20 puntos-, Paul Pierce -18 y 7 asistencias- y Kedrick Perkins -18 con 8 de 8 en el tiro de 2- fueron los máximos encestadores locales, sobrepasando también la decena Rasheed Wallace -15 con 4 robos-, Kevin Garnett y Rajon Rondo, que además hizo 11 asistencias y 4 robos.
En Toronto, Bosh logró 20 tantos y 13 rebotes, Turkoglu hizo también 20, pero perdió 7 balones, y Jack alcanzó los 18.
Miami 84 Washington 94
Hubo sorpresa en Florida porque los locales nunca hallaron un ritmo ofensivo adecuado y porque los visitantes encontraron el antídoto perfecto para Dwyane Wade.
Ese antídoto fue Nick Young, que no sólo dejó a Wade en 18 puntos con 6 de 19 en el tiro de campo, sino que además se permitió el lujo de lograr 22 puntos para contribuir también en ataque. De todos modos, su defensa sobre Wade resultó ejemplar.
Young y Jamison (24 puntos y 13 rebotes) llevaron el peso ofensivo de una victoria que no precisó de los mejores Arenas y Butler (ambos 9 puntos con 7 y 9 intentos a canasta respectivamente), pero sí del buen quehacer desde la segunda unidad de Boykins y Blatche.
El partido no fue muy hispano que digamos. El argentino Fabricio Oberto no jugó y el puertorriqueño Carlos Arroyo apenas lo hizo 7 minutos para no aportar prácticamente nada a su equipo, Miami.
Unos Heat que, ahogado Wade, tuvieron que tirar de Chalmers -20 unidades- y O'Neal -19 con 13 rebotes-. Intentaron ambos tomar el relevo de su gran estrella, pero no fue lo mismo. Como no fue lo mismo intentar la victoria con su sexto hombre desaparecido, porque Haslem tuvo un muy mal desempeño que notó su equipo (0 puntos en 27 minutos y sólo 5 rebotes).
De este modo, los Wizards, amparados en una fantástica labor defensiva, resolvieron el partido a partir de su dominio del rebote y el tempo del encuentro, toda vez que anoche no era un día propicio para el juego de perímetro.