Fue la noche en la que los Wizards homenajearon con una victoria a su recién fallecido propietario, Abe Pollin, y en la que los Nets firmaron su decimocuarta derrota sin triunfo alguno. Pero también fue la noche en la que Calderón supo guiar a la victoria con determinación a los Raptors.
La mano firme del base de Toronto llevó a su equipo a la victoria ante Indiana en un completísimo partido del español -21 puntos y 7 asistencias-, que regresó, con esa misma mano llena de aplomo, a esos excelentes porcentajes de tiro que le definieron en pasadas temporadas.
Mientras, Washington derrotó por la mínima a Philadelphia y Denver dejó sumido a New Jersey en una depresión de dimensiones considerables (0 partidos ganados y 14 perdidos).
Toronto 123 Indiana 112
Los Raptors se acercan al equilibrio victorias-derrotas (6-7) por el camino de la ofensiva feroz. Al menos, así lo hicieron anoche en un partido en el que volvieron a arrasar en la primera parte para estar a punto de tirar todo por la borda en la segunda.
Porque la primera mitad de los canadienses resultó prácticamente perfecta, ayudada, eso sí, por la manifiesta inoperancia defensiva de los Pacers. El resultado lo dice todo, los locales anotaron 74 puntos al descanso para irse con 21 de ventaja a vestuarios. Lo que ocurrió es que en la reanudación su defensa encajó 39 tantos e Indiana tuvo visos de meterse de lleno en la pomada.
El encuentro tenía un marcado protagonismo en la dirección de ambos equipos. Y es que volvían a encontrarse los bases que fueran compañeros y que forjaron en los Raptors una gran rivalidad en la cancha y continuos comentarios analíticos de periodistas y aficionados. José Manuel Calderón y T.J.Ford saben la expectación que siempre despierta su duelo y cumplieron de sobra las expectativas.
A ambos se les vio especialmente motivados. Ford rindió bastante por encima de lo que viene siendo habitual en él esta temporada -hizo 16 puntos en 29 minutos-, pero para su desgracia, Calderón ofreció su mejor versión del presente curso baloncestístico.
El de Villanueva de la Serena fue el máximo encestador de Toronto con 21 puntos y excelentes porcentajes (8 de 11 en el tiro de campo con 2 de 3 triples y ningún error en los tiros libres). Además, marcó el ritmo de la contienda y repartió 7 asistencias. Todo ello en 32 minutos de juego.
La gran labor de Calderón y el excelente rendimiento del rey de la segunda unidad, Jarret Jack, ayudaron a superar la horrenda noche de Bosh en el ataque. Y es que la estrella local erró hasta 14 de los 19 tiros que ejecutó.
Pero fue el equipo el que salvó la situación. Hasta 7 jugadores locales superaron los 10 puntos con Calderón a la cabeza, seguido de Jack (18 puntos y 6 asistencias sin fallo alguno en el tiro en toda la noche), el propio Bosh -que aportó, eso sí, 16 tantos, 12 rebotes y 4 tapones-, y el dúo Turkoglu- Bargnani, cada uno con 14 unidades, el primero colaborando en la dirección y el segundo en el rebote. Y ya en la segunda unidad, también estuvieron en dobles figuras un estupendo Nesterovic y un siempre eficaz Belinelli, un prodigio de calidad.
El equipo de Ontario acabó con un 55,8% en el tiro, pero si tenemos en cuenta la desastrosa noche en el lanzamiento de Bosh, las cifras no engañan: el resto de compañeros lograron un 66%.
Con ese índice de efectividad, a los de Jim O'Brien se les hizo todo muy cuesta arriba, a pesar de que Granger se exhibiera (36 puntos, 9 rebotes y 5 asistencias con ¡7 de 13 en el triple!), de que Ford y Murphy ayudaran lo suyo y de que el novato Hansbrough volviera a apuntar buenas maneras.
Washington 108 Philadelphia 107
¿Qué mejor homenaje al gran Abe Pollin que ofrecerle a título póstumo una victoria?. El tributo en forma de triunfo terminó llegando en una noche cargada de emotividad, pero no fue fácil ni por las circunstancias que rodeaban el encuentro ni por el poco sometimiento que mostró el rival, los Sixers.
El Verizon Center tenía anoche un pensamiento único: Pollin. El propietario de la franquicia durante 45 años hasta su fallecimiento ayer. Y el que mejor supo encarnar ese espíritu de esfuerzo reverencial por el que fue santo y seña del club fue Antawn Jamison, que lideró a los Wizards con 32 puntos y 14 rebotes.
El auténtico partidazo de Jamison incitó a sus compañeros y jugadores como Nick Young, con 20 puntos, o Gilbert Arenas, con 17 y 8 asistencias, también aportaron su grano de arena en una trabajadísima victoria que no llegó a materializarse hasta el último suspiro.
Arenas puso el 108-105 en el marcador a 52 segundos del final, pero recibió la inmediata respuesta del mejor de los visitantes -Lou Williams (26 puntos)-, que acortó distancias a 40 segundos de la conclusión (108-107). Y fue precisamente Williams el que pudo amargar la noche a la anoche compacta familia de los Wizards, pero su tiro sobre la bocina no llegó a buen puerto.
Y en toda esta noche de sentimientos a flor de piel hubo un jugador de los nuestros, el argentino Fabricio Oberto, que volvió a demostrar su valía, una valía que las estadísticas no son capaces de atrapar generalmente. El cordobés no encaró la canasta en los 21 minutos que estuvo en cancha, capturó 4 rebotes, repartió 1 asistencia y robó 1 balón. Pero una estadística habla muy bien de su rendimiento: con él en pista su equipo sumó un parcial de +15, siendo el mejor de los Wizards en este aspecto. Oberto fue anoche sinónimo de buen funcionamiento del colectivo.
En los Sixers, en un mal partido ofensivo de Iguodala, el mejor fue el ya citado Williams, Thaddeus Young hizo 23 puntos, Dalembert mejoró sus prestaciones y el jovencísimo Holiday anduvo fino en los pocos minutos que jugó.
Denver 101 New Jersey 87
De mal en peor. Y la brecha en el casco del barco empieza a ser una vía de agua imparable para estos Nets que siguen sin conocer la victoria.
Esta vez, en el Pepsi Center y sin Nájera pudiéndose enfrentar a su antiguo equipo, los de Lawrence Frank firmaron su decimocuarto derrota sin victoria alguna, el peor inicio de siempre de la franquicia y uno de los peores de la historia de la NBA.
No fue ayer el peor partido de estos Nets, pero se plantaron en el inicio del último cuarto 19 puntos abajo. Al menos, tenían enfrente a un equipo sólido y puntero, estos Nuggets de George Karl que van viento en popa.
Pero los números son tercos en los de Nueva Jersey: un 38,9% en el tiro de campo, 60 puntos recibidos en su pintura y 23 balones perdidos en un encuentro escasamente preciso en el que se perdieron 45. Con estas cifras no se puede ir a ninguna parte.
Carmelo Anthony (27 puntos), Nené Hilario (17 con 9 rebotes y 5 robos) y Arron Afflalo (15 tantos y 8 rebotes) fueron los mejores locales; Alston y Harris salvaron los muebles visitantes, cada uno con 19 puntos y Harris en un partido especialmente completo en el que aportó también 7 rebotes, 6 pases de canasta y 3 robos. Pero no fue la noche de los jóvenes Lopez y Douglas-Roberts, y eso lo notó el equipo.