No es precisamente alegría lo que se desprende de las declaraciones de Andrés Nocioni al diario californiano Sacramento Bee, más bien resignación, pero el alero argentino trata a pesar de todo de sacar lo mejor de sí en un equipo que está lejos de colmar sus aspiraciones.
“Tengo 30 años, así que quiero hacer algo”, afirma un Nocioni consciente de que ya no le quedan muchos años de baloncesto al máximo nivel. Pero no parece que ese algo lo vaya a lograr en un equipo en reconstrucción como los Kings, destinado a ocupar una de las últimas plazas de la Conferencia Oeste.
Nocioni reconoce que su llegada a Sacramento no fue precisamente fácil de asumir. “El año pasado fue realmente duro”, dice, “Fue el primer traspaso de mi carrera y, en mitad de la temporada, cambiar de equipo, ver nuevos compañeros e intentar encontrar mi sitio fue duro. Ahora mismo lo llevo mucho mejor”.
Unas dificultades de adaptación que le llevaron a hacer unas duras declaraciones al diario argentino Olé en las que afirmaba que “si Chicago era una banda, Sacramento son 2 bandas”. Unas palabras que tuvieron eco en la capital de California y que, curiosamente, generaron más comprensión que rechazo entre los aficionados.
“Es duro estar de nuevo en reconstrucción, pero si hay que hacerlo, es mi trabajo. Sacramento y la NBA me pagan para jugar partidos y mejorar el equipo. Así que si tengo que hacerlo, lo hago”, asegura el ‘Chapu’ en unas declaraciones en las que no hace falta leer entre líneas para darse cuenta de la poca fe del jugador en conseguir buenos resultados con su actual quipo.
Una entrega fuera de duda
A pesar de esas palabras, nadie en Sacramento niega el pundonor y la entrega de un jugador que da todo lo que tiene en cada entrenamiento y en cada partido tratando de mejorar su juego y el de sus compañeros.
No lo hace desde luego el autor del artículo, Sam Amick, pese a afirmar que de darle algún tipo de suero de la verdad al argentino, éste no duraría en afirmar su preferencia por ser suplente en cualquier equipo con aspiraciones al título.
Tampoco lo hace su entrenador, Paul Westphal, que asegura que “es un gran tipo. Sólo quiere jugar al baloncesto y dar todo lo que tiene. A cualquiera le gustaría tenerlo en su equipo”. Una opinión que comparte una afición a la que le gusta ver la intensidad que el argentino aporta sobre la pista.
Afortunadamente para él, el hecho de que a cualquier equipo le gustaría tenerlo en su plantilla y su contrato decreciente le convierten en una pieza interesante en cualquier traspaso. Para Nocioni -que pese a contar con el aprecio de sus compañeros pasa sus días en Sacramento ajeno a la vida social y añorando a su mujer y sus 2 hijos, que viven en Argentina-, una posible operación de intercambio antes de febrero se antoja como la única oportunidad de recalar en un equipo competitivo.
Hasta entonces, el ‘Chapu’ se tiene que conformar con lo que hay y así lo hace. “Me siento un jugador de los Sacramento Kings y en este equipo, con mi experiencia, puedo ayudar porque sé lo que hay que hacer para ganar”, afirma el argentino, “He tenido mucho éxito en Europa, en Chicago y con mi selección. Creo que puedo aportar todo eso en la pista e intentar jugar con la suficiente intensidad para ganar partidos”
Su frase de despedida trata de ser positiva, pero vuelve a estar cargada de resignación: “Aquí es donde estoy. No puedo quejarme de donde estoy. Estoy en la NBA y estoy bien”.