Pau Gasol se convirtió el martes en el primer jugador español que recibe el anillo de oro y diamantes que le avala como campeón de la NBA. “Recibir el anillo es algo muy grande y de un importante significado”, aseguró tras la celebración de la ceremonia.
Momentos antes de la disputa del Lakers-Clippers se celebró la ceremonia, emotiva, sencilla, rápida.. eso sí, sin excesos sentimentales ni grandes alharacas. Una ceremonia en la que no pudo estar presente el otro jugador hispano de los Lakers que ganó el anillo la pasada campaña, Trevor Ariza, que se vistió de corto en esta primera jornada para defender los colores de su nuevo equipo, los Rockets de Houston.
Tres azafatas trasladaron a la pista la pequeña mesa sobre la que se ubicaba el trofeo de campeones correspondiente a la temporada pasada. Mientras, el Comisionado de la NBA, David Stern, aguardaba a los integrantes de los Lakers en el centro de la cancha, con un Staples Center repleto de público y a oscuras, con una tenue iluminación sobre los protagonistas.
Stern estaba rodeado de leyendas de los Lakers. En torno a él se encontraban piezas claves que han hecho posible la rica trayectoria de esta franquicia: Jerry West, Jamaal Wilkens, Norm Nixon, Kareem Abdul-Jabbar, 'Magic' Johnson, James Worthy... toda una catarata de talento.
Llegó el momento soñado
Y llegó el momento tantas veces soñado. La megafonía anunció el nombre de Pau Gasol, que participó en la ceremonia pero no en el partido posterior, y el pívot catalán se convirtió así en el primer jugador español en colocarse en el dedo el anillo personalizado de campeón de la NBA, con el escudo de los Lakers y el 16 de su dorsal inscritos en la joya, una joya de formidable valor simbólico.
El internacional español, como el resto de sus compañeros, vestía un chándal diseñado en exclusiva para la ocasión, una prenda en la que se podían ver 15 estrellas, una por cada título ganado por los Lakers, y un mensaje que sigue siendo marca de la casa en Estados Unidos: “World Champions”.
A Pau se le veía sereno a la par que emocionado. Era un gran momento y bien que lo sabía: “Ha sido una ceremonia muy bonita”. Y luego, mientras que sus compañeros se metían de lleno en el partido, él se retiraba al vestuario para seguir rehabilitándose mientras veía el Lakers-Clippers por televisión.