Los Angeles Clippers es un equipo preparado permanentemente para la desgracia, pero ésta llega en el momento en el que la franquicia veía ciertas luces en el horizonte. Su nueva estrella, el número 1 del último draft, Blake Griffin, se ha lesionado y no podrá debutar con los angelinos.
La desgracia se ha cebado nuevamente con el equipo pobre de Los Ángeles. Griffin había sido uno de los hombres más destacados (promediando 13,7 puntos y 8,1 rebotes) en una pretemporada feliz de los Clippers, que completaron su preparación con 6 victorias y 2 derrotas, situándose entre los mejores equipos de la pretemporada.
La mala noticia se ha confirmado. Lo que parecía una molestia en la rodilla izquierda en el último encuentro de preparación disputado contra los Hornets se ha revelado como una pequeña fractura en la rótula que dejará fuera de juego al joven prodigio durante 6 semanas como mínimo. Esa baja, que de ir todo bien podría rondar los 2 meses, haría que el pívot se pudiera perder los primeros 20 encuentros de la competición.
Desolación en la franquicia
La desolación ha dado paso a la preocupación en una franquicia que espera que Griffin se convierta con los años en el factor de cambio de un equipo que nunca ha sido capaz de llegar a los escalones más altos de la NBA.
Y es que la delicada ubicación de la lesión, una rodilla, y los problemas que estas zonas del cuerpo suelen representar para los hombres altos -y si no que se lo digan a otro número 1 del draft, Greg Oden- preocupan, y mucho, a los técnicos del club, preocupación que se extiende a los despachos y a la grada.
Lo cierto es que Griffin no podrá participar hoy en el partido inaugural de su equipo, que además es el derbi local con los Lakers, momento en el que el Comisionado de la NBA, David Stern, entregará a los componentes de los Lakers el anillo que ganaron la temporada pasada.